miércoles, 1 de abril de 2015

MI AGUJERO



Mi lista de ruidos que asustan, asusta de grande que es.
Me asusta tu mano en la puerta.
Tus pasos.
Tu voz.
Los golpes que das en las cosas.
Los portazos.
La manera de abrir el grifo a tope para que haga mucho ruido el agua en la pila.
El ruido de vasos.
De latas.
De abrir las latas.
El ruido de tus pensamientos mientras maquinas la maldad que me vas a decir.
Cada cosa que me asusta de ti, me está dejando arrugada.
Triste. 
Gris.
Tengo que pintar a escondidas los colores que me borran las lágrimas que lloro.
Pinto mi pelo. 
La luz en mis ojos.
Mis uñas. 
Mi sonrisa.
Pinto encima de toda la ausencia de colores y escondo los miedos.
Como si fuera una vergüenza no ser amada, no ser cuidada.
Y lo es.
Porque tú me haces sentir que todas las demás mujeres, merecen cosas buenas.
Todas menos yo.
Ellas son más listas, más guapas, más buenas.
Tienen mejor culo y saben  despertar en sus maridos el deseo de cuidarlas y  besarlas, son más dulces, más mujeres. 
Más de verdad, dices.
Yo no.
Yo soy de mentira.

Eso también me asusta.
Tu ceguera para verme.
Mirarme por tus ojos es como mirarme en un espejo de feria que te devuelve la imagen deformada. En la feria es divertido, sabes que no eres tú y te entra risa.
Pero en los ojos del marido es muy triste.
Es ver tu asco y tu rechazo lo que más asusta.
Por eso me metí en mi agujero en la pared.
Y aquí me quedo hasta que te vayas. 

Isabel Salas