lunes, 6 de junio de 2016

TRIÁNGULOS AMOROSOS


Hace unos días, entre las preguntas que me llegan para que responda en vídeo, una lectora de Honduras quiso saber si alguna vez había tenido que disputar las atenciones o el cariño de un hombre con otra mujer y cual había sido mi estrategia. 

La noté bastante decepcionada cuando respondí, con toda sinceridad, que no.

Y no  lo dije con arrogancia. 

No me creo superior a nadie y alguna vez  me han dado la patada en el trasero cuando otra mujer más del agrado del caballero objeto de mis desvelos ha pasado por allí. He llorado, he sufrido, me he sentido tan humillada como el piojo del último átomo del universo pero no he movido un solo dedo por entrar en una guerra con la "otra" ni para conseguir el amor del hombre en cuestión o sus atenciones.

Esto tiene una explicación muy sencilla y no es miedo de perder, como me insinuó "entre lineas" esta lectora, posiblemente si pusiera todo mi empeño en esa causa mis posibilidades de ganar serían grandes, pero nunca me ha parecido que mereciera el esfuerzo. Conquistar los favores de un sujeto que no sabe lo que quiere y se divierte viendo dos o más mujeres peleando por él, no me parece una bella manera de ocupar mi precioso tiempo.

Humillar a otra mujer o demostrarle al don Juan de turno que soy mejor, más lista, más buena o mejor amante que la otra no me llama la atención. Cuando me han querido, no me han querido porque yo sea la mejor en nada, me han querido por ser yo y eso ha bastado.

Sin comparaciones.
Sin ser evaluada.
Sin disputas.

Es una situación muy común, y tanto hombres cuanto mujeres podemos vernos en medio de un "intento de triangulo amoroso" incentivado por una persona insegura que necesita saberse disputada para ser feliz con ese subidón, en su autoestima, nacido del conflicto.

Será que no me gusta seguirle la corriente a los individuos de baja autoestima o será que soy una pacifista empedernida, pero  en casos como el que comento, mi actitud es, siempre, retirarme tranquilamente a llorar a mi rincón hasta que se me pasa el disgusto y pasar página lo antes posible.

He preferido responder así por escrito a esa pregunta y a otras que se encuadran dentro del mismo asunto pues más de uno se ha dado cuenta de que raramente escribo sobre triángulos amorosos y querían saber el motivo. 

Los vídeos los voy a ir dejando para los temas que creo que puedo desarrollar  con más profundidad y tienen más que ver con lo que escribo que con opiniones o consejos para  la vida. Sinceramente no sé yo si pueden servir para algo, yo no soy psicóloga y sólo puedo hablar desde mi propia experiencia sin pretender sentar cátedra sobre nada y menos sobre decisiones que envuelven sentimientos y actitudes personales.

Un abrazo

Isabel Salas