Hay silencios completos,
totales,
quietos.
Silencios necesarios,
salvadores,
voluntarios.
Momentos de omisión,
de volver a empezar,
de sanación.
Hay espacios vacíos
donde el alma se cura,
y olvida la locura.
Con nuevos bríos.
perdona desatinos
y vuelve a la cordura.
Son momentos sagrados
de mutis por el foro,
y sutiles agrados.
Son mudez y afonía,
son baúl del tesoro.
Agua que poro a poro,
te restaura las fuerzas
y mata la agonía.
Isabel Salas