lunes, 19 de febrero de 2018

AÑO TRAS AÑO


La araña y el araño
se besaron.

Juraron respetarse,
amarse,
acompañarse
y nunca separarse.

La araña enamorada,
año tras año,
vivía en la ilusión 
de ser amada.

Nunca esperó
el daño del araño, 
sólo cariños
y salud para juntos,
ver crecer a los niños, 
sus arañitos, 
que nacieron tan verdes,
y tan bonitos.

Hasta que un día,
el araño traidor,
se fue con otra
y la dejó solita,
sin importarle nada
la tristeza infinita
de su carita.

La araña y el araño
se separaron.

Ya no hay amor ni risas
sólo estupor,
dolor
y desengaño.

Isabel Salas