No creas que es casualidad que el sol se vea así a través de la rueda. Estuve un rato colocándolo para poder hacerte esa foto. Ya sabes que por ti haría cualquier cosa. Hay hombres que prometen bajar la luna a sus amadas. Yo no sé hacer eso.
Ni siquiera sé si te amo o sabré amarte. Pero estuve empujando el sol hasta que lo metí en esa rueda. Costó trabajo, las manos quemaban y el tonto se rodaba para todos lados. No se quería quedar quieto.