miércoles, 17 de junio de 2015
Esencia de mujer: El canario y la máquina de coser, de Isabel Salas
Así la recuerdo: pelirroja, pecosa, con el pelo alborotado. Siempre sonriendo. No guardo memoria de la última vez que nos vimos: hace mucho de eso, como treinta años quizá. Pero con los amigos del corazón pasa algo raro: no importa el tiempo que están separados porque los reencuentros comienzan con un "decíamos ayer". Y la amistad traza senderos extraños para seguir presente: un libro, por ejemplo, que llegó de Brasil.