martes, 25 de mayo de 2021

DEMASIADO FRÍO


Hasta que el muerto no es tuyo
no ves lo quietos que están
los muertos de los demás.

Lo callados.

Y te acercas a tu muerto,
y lo tocas...
y está frío.

El calor que lo movía se acabó
y yace yerto.

Su sudor
hecho rocío.
A tu mente vienen raudas
escenas de lo vivido.

Abrazos, caricias
risas,
se van vistiendo de olvido
con pausas, dolor
y prisas.

El cadáver de tu muerto
ya no recuerda su nombre,
lo llamas,
y no responde.

No funcionan las palabras 
sin calor,
ni funcionan las sonrisas
cuando te estruja 
el dolor.

Y van pasando los días, 
las noches, las estaciones,
nuevas flores en los huertos
y llegan tardes de invierno
con el frío de otros muertos
 a preguntarte por qué
no dejaste una mantita,
cuando cerraron un día
la cajita
de tu muerto.

Isabel Salas
Del libro TE CONTENGO
Poema DEMASIADO FRÍO

jueves, 20 de mayo de 2021

PODRÍA



Te juro que podría
escribir sobre piedras,
si me empeñase,
si me lo propusiera, 
o si de veras,
lo desease.

Piedras hermosas,
esquinas de mi barrio,
o cubiertas de yedras,
azulejos o losas,
escalón donde el zarrio
contempla las baldosas.

Te juro que hablaría,
si yo quisiera,
de la belleza etérea
 del verde limonero
o la textura,
 arenosa y cremosa
del bello albero.

Poder... podría,
pero no quiero.

Ni del olor divino
de las preciosas rosas,
ni del perfecto trino
de las canoras aves
 maravillosas.

Me gusta más hablar
del clítoris voraz,
de mujeres nacidas
para amar y llorar.

De espaldas arañadas,
de noches sin dormir,
de barrigas preñadas,
de nacer y morir.

Me gusta más besar 
que dormir o soñar 
y me gusta vivir,
comer, caer, beber
y fornicar
para poder después
sonreír, 
recordar, escribir
y firmar.

Isabel Salas

POEMA PODRÍA
Del libro, TE CONTENGO, 2017





martes, 18 de mayo de 2021

LAS COSAS POR SU NOMBRE


 


Últimamente, en parte debido a la nueva anormalidad y en parte a causa de la tradicional estupidez clásica de toda la vida, existe una tendencia o trending de rebautizarlo todo. Y cuando digo todo quiero decir all.

A las mujeres embarazadas se las llama personas gestantes y a nuestros hijos producto. Al acto de mantenerse apartado de la gente se le llama distancia social y a la censura se la conoce como filtro de contenidos, aunque igualmente se la reconoce.

Un montón de gente invadiendo España convocados por el Comendador de los Creyentes, está siendo llamado crisis migratoria y a los niños que forman parte de ese flujo humano se les sienta (relocaliza) en una playa para que se sequen antes de decidir qué hacer con ellos, ellas o elles. Al constatar que no están acompañados por ningún familiar adulto se les cataloga como menas. Algunos desaparecerán y nunca más sabremos de ellos.

Los que fabrican, venden y distribuyen drogas y vacunas son llamados de altruistas y  los revendedores de cualquier cosa, si usan internet para hacer negocios son conocidos como Big Tech, que sería algo así como llamarlos Gigantes Tecnológicos. Mucho mejor que  mercenarios, aunque estén al servicio de quien les pague más y un día dicen digo y al otro  Diego sin que se les mueva un chip.

Estamos en fin en plena era de los eufemismos aunque la llaman  Era de Acuario. Actualmente a espabilarse lo llaman despertar y a caerse del guindo le dicen irse a la quinta dimensión. Dejar de ser ingenuo es abrir los ojos y rezar pidiendo a Dios que nos ampare es vibrar. Ser políticamente correcto es dejar de joder, de ser crítico y de expresarte con sinceridad ante lo que ves.

Echo de menos la época en que las cosas se conocían por su nombre y podías hacer chistes sobre enanos, gordas, suegras o franceses. No había que estar escondiendo la verdad detrás de velos improvisados por políticas hipócritas e intereses perversos y, sobre todo,  la neolengua vivía en los libros de ficción. 



Isabel Salas

martes, 4 de mayo de 2021

PRECISAMENTE


Y justo ahora, que mis azules y mis anaranjados se vuelven grises, mis ojos y mi pelo aprendieron, por fin, a resplandecer sin luna o sin estrellas, emanando por sí mismos inesperados brillos, que nacen aleatoria y espontáneamente sin aviso previo.

Precisamente ahora, después de desprenderme de tanta basura mitocondrial, religiosa y social, he logrado dejar en el camino tanto lastre inútil, que mis baúles cargan ahora toneladas de espacio para que quepan en ellos todos los tesoros del mundo. 

Hoy, son capaces  de  guardar lo que tanto tiempo aguardaron y pueden al fin, cumplir la misión sagrada de atesorar momentos y  vivencias valiosas libres de tantas bisuterías fútiles.

Isabel Salas