sábado, 26 de diciembre de 2020

OCHO BOLAS

 
Un día se acabarán mis días 
y me terminaré.
Dejaré  espacio libre para el próximo.
También le dejo un beso.

Le dejo el aire y las montañas,
para que respire,
le cedo mi asiento en el cine,
mi sombra en la parada,
mi silla en la biblioteca
para leer los libros 
que un día fueron míos.

Mi lugar en la fila del mercado,
mi toalla en la playa.

Yo estaré muriendo 
y él naciendo.
Cantará las canciones 
que yo también canté,
se bañará en mi mar,
jugará con mis olas.

Pedirá los helados como yo,
de todos los sabores
y tendrá como yo,
 los cojones,
de pedir ocho bolas.

Isabel Salas
Del libro NAVAJA DE LLAVERO