Escoge muy bien lo que llevas a tu viaje. Sobre todo si el viaje es necesario y no simplemente un paseo turístico. Hablo de esos viajes reales que se sabe cuando empiezan y dónde arrancan pero no tenemos idea de cuándo terminarán, ni cómo lo harán, si es que lo hacen.
Selecciona cuidadosamente cada pertenencia. Analízalas como si no fueran tuyas y las fueras a adquirir sabiendo que pesarán mucho y tal vez te estorben o te molesten cuando tengas que acarrearlas en los próximos años.
Haz de tu viaje la oportunidad de renunciar a todo lo que sobra. Te sorprenderá constatar la gran cantidad de cosas que no sirven realmente para nada cuando solo podemos llevarnos lo que de veras es imprescindible.
Despegarse de ellas no es fácil. Es como romperse un poquito en cada despedida y al final te vas pero no eres la misma. El equipaje puede ser ligero pero el peso interior que arrastramos parece inmenso. Hay una parte de nosotros que nunca se despide del todo de los objetos amados que dejamos atrás.
Isabel Salas