lunes, 23 de septiembre de 2019

DESTINO


En lo oscuro del útero, un corazón late por vez primera. El primero de miles de latidos, el único primer latido posible de cada corazón. A su lado, muy cerca, el dedo del destino espera. Es eterno y no late, vive sin estar vivo y nunca morirá, es apenas un dedo que toca corazones como quien acaricia paredes de vecinos al pasar.

Y espera.

Espera atento la señal inequívoca que lo hará decidir qué futuro tendrá el dueño del nuevo corazón. Unos latidos más, nuevos pulsos de vida libre. Melodía vital, tambor alegre de música que baila cantando una canción recién nacida. El dedo se acerca y con él, el resto de las manos del destino que toman al pequeño corazón mientras llega la señal. Y por fin, después de unas decenas de latidos, llega uno vibrante, diferente, musical. El destino marcará otro ser, escogido entre miles y la emoción lo embarga.

Antes de hablar debe esperar a que las lágrimas abandonen sus ojos y su garganta. Con delicadeza extrema abre sus labios y pronuncia dulcemente las palabras fatales que colocarán grilletes eternos al pequeño corazón:

– “Tus ojos brillarán con la luz de la luna y sabrán ver lo oculto y lo aparente. Sabrás amar y ser amado, pero raramente coincidirán ambas cosas. Apenas por gloriosos instantes conocerás el amor en plenitud, pero bastarán para que él sea
parte de ti.

Tu piel será capaz de descifrar los mensajes del viento y tus palabras llegarán tan lejos como el más fuerte vendaval. Tendrás el don de escuchar los olores de las flores y oler el perfume de las caricias. Tus lágrimas estarán hechas de lava de volcán y tu risa de nubes blancas. Sabrás mirar, oler, tocar, hablar y amar. Podrás sentir en ti, cada uno de los giros del planeta, escucharás sus gritos y sus risas, serás parte de ellos.

Todo será parte de ti.

Serás Poeta.”

Isabel Salas

domingo, 8 de septiembre de 2019

ODA A LOS HUEVOS PERUANOS



Tengo una cosa en mi mano, 
que nadie podrá creer,
es un huevo  peruano
que no es un cojón cualquier.

Peludo como un caniche, 
durito y arredondado
sabroso como el cebiche,
amo tenerlo a mi lado.

Este huevo inteligente
compañero y parlanchín,
es la envidia de la gente
y la flor de mi jardín.

Sonríe cuando le escribo
suspira cuando me voy,
Vivir sin él no concibo
por lo contenta que estoy.

Isabel Salas





miércoles, 4 de septiembre de 2019

AHORA



Ahora que no estás,
nada está igual que cuando estabas.
Ni  los muebles del cuarto,
ni el árbol de la puerta, ni yo,
 ni nada.

Ni mis ojos tristes 
que ahora lucen grises,
ni mi piel dorada,
que perdió calor,
y ahora brilla helada.

Ahora que te has ido, 
inventé maneras nuevas de beber,
otras maneras de dormir
y de comer.

Ya no miro el reloj para ver que hora es.
Ya no busco tu mano
 para andar en lo oscuro.

Ahora yo maldigo este mundo al revés,
huyo de lo cercano 
que me recuerda a ti
y me alejo buscando otro aire 
que no te conozca,
más limpio, 
más puro.

Ahora, cuando quiero reír
y tu risa no está para reír conmigo, 
prefiero desistir.

No soporto escucharla , 
trato de acostumbrarme pero no lo consigo, 
me suena hueca,
cuando apagada, brota
de mi garganta seca.

Ahora que te fuiste
y te llevaste todo lo llevable,
hago un recuento exacto 
de cuanto me mentiste.

Recuerdo tu manera entrañable 
de decirme "te quiero",
 y el último y cruel acto
con que te despediste

Ahora que el amor,
dijiste,
ya no es más amor,
en nombre de los sueños  que soñamos un día, 
para evitar dolor,
y traer alegría,
podemos ser amigos y escapar del horror
de perder para siempre
la mutua compañía.

Sin saber responder, ni como reaccionar
ahora que dijiste lo de "Não nos perder",
te confieso amor, 
que prefiero no verte,
no escucharte, no olerte, 
que te vayas lejos,
muy lejos,
y me dejes solita 
para poder llorarte.

Isabel Salas





domingo, 1 de septiembre de 2019

IDEM


Me tocas, me miras,
 me comes,  me bebes.
Me respiras.

Me besas, me tienes,
me arrullas, y a veces
me hieres.

Me hueles, me cantas,
me aplastas, me elevas.
Me encantas.

Me cielas, me lunas,
me nubes, me aires.
Me acunas.

Me corres, me llamas,
me tragas, me frenas.
Me amas.

Te idem.
Te llamo, te amo.


Isabel Salas