miércoles, 4 de septiembre de 2019

AHORA



Ahora que no estás,
nada está igual que cuando estabas.
Ni  los muebles del cuarto,
ni el árbol de la puerta, ni yo,
 ni nada.

Ni mis ojos tristes 
que ahora lucen grises,
ni mi piel dorada,
que perdió calor,
y ahora brilla helada.

Ahora que te has ido, 
inventé maneras nuevas de beber,
otras maneras de dormir
y de comer.

Ya no miro el reloj para ver que hora es.
Ya no busco tu mano
 para andar en lo oscuro.

Ahora yo maldigo este mundo al revés,
huyo de lo cercano 
que me recuerda a ti
y me alejo buscando otro aire 
que no te conozca,
más limpio, 
más puro.

Ahora, cuando quiero reír
y tu risa no está para reír conmigo, 
prefiero desistir.

No soporto escucharla , 
trato de acostumbrarme pero no lo consigo, 
me suena hueca,
cuando apagada, brota
de mi garganta seca.

Ahora que te fuiste
y te llevaste todo lo llevable,
hago un recuento exacto 
de cuanto me mentiste.

Recuerdo tu manera entrañable 
de decirme "te quiero",
 y el último y cruel acto
con que te despediste

Ahora que el amor,
dijiste,
ya no es más amor,
en nombre de los sueños  que soñamos un día, 
para evitar dolor,
y traer alegría,
podemos ser amigos y escapar del horror
de perder para siempre
la mutua compañía.

Sin saber responder, ni como reaccionar
ahora que dijiste lo de "Não nos perder",
te confieso amor, 
que prefiero no verte,
no escucharte, no olerte, 
que te vayas lejos,
muy lejos,
y me dejes solita 
para poder llorarte.

Isabel Salas