Hay poemas que huelen a
café,
y otros a rosas,
todos atraviesan nuestra
piel
y perfuman el vuelo
de nuestras mariposas.
Algunos saben a
mañana
y otros a noche.
a sol, a estrellas
a nubes y a derroche.
Los hay que suenan a llegada
y otros a despedida.
Son música de fondo,
el hilo musical de la sala
de espera
de nuestra vida.
Hay poemas tan míos
que aunque escritos por
otros,
forman parte de mí.
Y algunos,
unos cuantos,
de tinto seco y alma roja
que partiendo de mí,
los bebiste,
y hoy,
forman parte de ti.
Isabel Salas