domingo, 5 de septiembre de 2021

RESEÑA DE LECTORA (VENEZUELA)


DAYANA ROSAS



En mis lecturas a lo largo de mis experiencias, he leído muchos autores, nuevos y otros no tanto, pero ninguno como Isabel Salas. Esta mujer atrapa con sus pensaemas, como ella misma los llama.
Al leer su libro, El Canario y la Máquina de Coser, nos lleva a través de sus experiencias. En sus pensamientos, planteándolas de una forma muy suya, irreverente, directa, sincera y completamente lleno de personalidad. 


El inicio del libro es simplemente una delicia, una historia atrapante y que explica como una niña percibe su realidad y como se transforma y marca, exactamente eso es este libro, experiencia, transformación y marca. Las reflexiones siempre son necesarias y El Canario y la Máquina de coser está lleno de ellas.

Como esta excelente escritora lo dice: cuando siento que la persona es lo suficientemente valiosa para verme como soy. . . Entonces no hay cortinas. 

Tremendas palabras y muy exactas. No hay cortinas, se muestra tal y como ella es, sin importar el que dirán. Fuera tabúes, pura libertad.


No me resta más que decirles: LEAN EL LIBRO, atrévanse a conocerla, a intimidar con sus pensamientos y a ser libres a través de sus páginas. Una delicia que recomiendo a todos. Excelente libro y muchas felicidades a la escritora por su gran trabajo. 



miércoles, 1 de septiembre de 2021

EL ELEFANTE DE COLORES

Incluso un elefante puede soñar. No tengas miedo de hacerlo tú.

 
Había una vez un elefante que soñó que era un pez. Un pececito amarillo que vivía en el fondo de un mar tropical, lleno de colores y sabores.

Pasó horas y horas nadando, sintiendo la levedad de su nueva condición acuática, disfrutando aquella agilidad libre y danzante que su sueño le regaló. Se despertó feliz y agradecido. Renovado, creyéndose especial por haber tenido aquella oportunidad rara de vivir unas horas preciosas debajo del agua.

Desde entonces cuando camina por esas llanuras africanas con su manada y siente la espalda quemando y el paso cansado, él sonríe porque sabe que inesperadamente, cualquier otra noche puede suceder de nuevo. Espera ansiosamente la repetición de aquellas horas juguetonas.

Ensimismado en sus pensamientos no se fija que la sonrisa de los otros elefantes se parece mucho con la suya. Nunca han hablado de eso...Por eso no sabe que el sueño preferido de los elefantes es soñar que nadan convertidos en peces de colores.


Isabel Salas



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jueves, 26 de agosto de 2021

PINCHAZOS



Pedacitos de metal helado clavados en mi abrigo son tus mentiras nuevas.

Traídas por ese viento tuyo, siempre tan musical, se mezclan con las antiguas y hacen ruido de collares desmontados mientras trato de abrigarme. Baratijas de lata que se ríen de mí, todo el tiempo, con el ruido de tren en marcha de tus palabras.

El abrigo es el mismo, como tu culpa, que es la siempre, pero yo no, aprendí a no vestir ropas con restos rotos de las perlas baratas ni arrepentimientos nuevos. Se clavan y duelen, especialmente esas bolitas blancas que pinchan.

Eres el único que conozco que anda por ahí llevando en los bolsillos perlas con espinas, y yo, la única, que yo sepa, que inventó mil maneras de sacudírselas para sobrevivir, en la medida de lo posible, a las alergias de sus pinchazos.

Isabel Salas

lunes, 23 de agosto de 2021

MIS DEDOS



Mis dedos están llenos de frases, transbordan, en ocasiones, como ríos desbordados, inundados de sensaciones. Realidades, espejismos, vivencias y fantasías producen emociones que caen, a menudo, como moneditas en la hucha.

Las ahorro y, puedo así,  gastarlas el día que me hacen falta. 

En otras ocasiones son lluvia en la tierra, que se comporta con la constancia despiadada de los fenómenos naturales, golpeando sin medir dolor ni alegrías, se va depositando hasta que, de pronto, noto que ya formó arroyos "arroyadores".

Lentos torrentes que me arrastran dulcemente al principio y con gran violencia después cuando terminen transformados en ríos buscadores de playas. Me convierten en canto rodado, redondeados, revolcados y acunados en remolinos furiosos.

Se confunden en mí el agua de siempre con el agua nueva, las lágrimas de risa y de dolor del pasado y del futuro.

Brotan poemas en los meandros y sólo me resta sentarme a escribir.

Dejo que mis dedos canten o lloren con los colores de los sentimientos y permito que mis ojos lean lo que ellos escriben. Les sonrío cuando se agrandan con la sorpresa que les provoca lo que los dedos dibujan.

Dedos escritores.

Mis dedos.

Dedos de colores.

Los míos.



Isabel Salas




martes, 10 de agosto de 2021

LA TOALLA


Ya no lamentes más haberme herido.
De nada sirve ya,
pues tanto me expulsaste
que por fin, 
después de desistir,
derrotada,
me he ido.

Ganaste.

Puedes vivir tranquilo
en tu mundo de nubes.
Sigue fingiendo amor,
y acunando querubes.

Deja de pretender
que te causa dolor
el dolor que me causas 
y deja por favor
de fingirte confuso.

Ya nada creo de ti
ni de tu amor pañuso.

Ya deja de llorar por tus errores,
deja de lamentar
las promesas que rompes,
deja de ser el niño acongojado
que pretende curar 
las heridas con flores.


Nunca más creeré 
que te lastima herirme.
No me apenan tus lágrimas,
ni me preocupa más 
saber que harás
después de irme.

Jamás te vi cumplir con tu palabra,

 Quieres tapar ofensas 
con ñoñeces,
darme pena 
y hacer que vuelva a ti
 al igual que otras veces.

Se terminó,
me fui,
no hay más.

Sigue gritando o calla
a mí ya no me importa,
aprendí y acepté
que perdí la batalla,
me alejo de tu lado
y tiro la toalla.

Isabel Salas


domingo, 1 de agosto de 2021

NAUFRAGIO



Amarte era soñarte 
siendo faro en la noche,
era verte leal
y poder adorarte
confiando en tu amor
y sin ningún reproche.

Amarte era nadar
en plena obscuridad,
era creer en ti
sin miedo a naufragar.

Y tu luz mentirosa,
me traicionó,
escogiste otros ojos a quién amar
y sin piedad,
dejaste a la deriva,
mi barca,
zozobrar. 


Isabel Salas


miércoles, 21 de julio de 2021

SOÑAREMOS


Todo de ti me quema,
tocarte o alejarme, 
hablarte,
responderte,
ignorarte
o callarme.

Todo de ti me gusta,
mirarte o esconderme,
olerte,
conocerte,
escucharte
o admirarte.

Y por eso me escondo,
por temor a tus llamas,
y por eso te rondo
por si acaso me amas.
me miras,
o me llamas.

Y aún sabiendo que tú,
ignoras mi cariño,
y que soy un tabú
me quedaré un poquito,
cercana y en silencio,
feliz,
a tu ladito.

Después me alejaré,
seguirás tu camino.
Te irás, 
me marcharé,
buscarás tu destino.

Y los dos soñaremos
con el amor de fuego 
que pudiera haber sido.

Isabel Salas



miércoles, 7 de julio de 2021

VUELO LIBRE



Que triste debe ser vivir en modo bolero, amando sólo una vez y arrastrando orgullosamente esa maldición como un paraguas impenetrable, siempre abierto, que impide con su dulce y total renunciación que te calen las gotitas frescas de otros amores. 

Hace muchos años yo misma anduve cerquita del precipicio de los amores únicos, lloré hasta acabarse todas las lágrimas que mis ojos eran capaces de producir y después decidí que esa misma capacidad de amar seguiría intacta e inmortal porque era mía, no dependía de nadie más conservarla o cuidarla y menos aún de los hombres a los que yo pudiese llegar a amar, me correspondieran o no.

Era mi responsabilidad mantener la llama encendida y mi derecho invitar a otros a entrar en mi caverna a disfrutar del fuego eterno de la hoguera entrañable y así ha sido y así sigue siendo. Otros amores vinieron después de aquel y cada uno de ellos ha dejado marcas indelebles en mi sonrisa y en el brillo de mis ojos. 

Me gusta caminar así por la vida, sin paraguas y sin dudar de mi capacidad de volver a enamorarme, incluso cuando no me retribuyen el amor, me siento afortunada de poder reconocer las maripositas que nos vuelan por dentro ante la cercanía de los seres amados. Algunas llevan tantos años conmigo que hasta las conozco por el nombre, me sonríen y a veces, nos sentamos juntas a respirar rayitos de sol.

Hace unos días llegaron unas nuevas, se mezclaron con las de siempre y ya se han instalado. Parece que llegaron directamente desde un corazón clausurado que decidió cerrarse por derribo tras un desengaño. Estaban asustadas y tristes, pero ya están mejor, felices de haber llegado hasta mí, ansiosas por alborotarse cuando dentro de unos días llegue nuestro primer beso.

Yo también estoy un poquito impaciente, siempre lo fui,  me cuesta esperar cualquier cosa que deseo y los años no me han servido de mucho para mejorar en ese punto. Mientras llega el momento, admiraré  el vuelo incansable de mis mariposas, sus piruetas, los pasos de baile que parecen dar cuando varias de ellas se enredan en alguna coreografía improvisada o cuando se elevan  por encima del bien y del mal y se dejan caer como flechas de colores al encuentro del blanco perfecto, en caída libre.

Así es como más me gustan, saltando en vuelo libre, como lo hago yo, como lo hice tantas veces y como lo volveré a hacer cuando llegue el momento de abrazarme a tu abrazo.

Isabel Salas