Nacen diecinueve palabras con el puño cerrado
que quieren golpear.
Chorros de lágrimas amargas
nacen con ansias de romper,
quebrar, matar.
Brotan diecinueve gritos del alma herida
queriendo ser poemas
y no pueden rimar
Nacen de mí,
hirviendo.
Son míos.
Soy yo gritando,
llorando y golpeando el aire,
diecinueve veces,
con mis palabras cargadas de dolor
Nacen rajando carne,
quemando piel,
llorando sangre.
Nacen y mueren sin ver la luz
porque falta el aliento
para gritar tan alto
los diecinueve nombres
de las mujeres
quemadas a la vez.
El dibujo es de Nejat Haje, tiene 20 años y está en el campo de refugiados yaziditas de Midyat, en el Kurdistan turco