Somos muchas las personas que vivimos sintiendo la hostilidad del mundo desde la mañana a la noche. Vivimos rodeados de violencia, injusticias, malostratos contra personas y animales, bombardeos de inocentes y tantas cosas injustificables para las personas buenas.
Sin dudas yo me cuento entre ellas y puedo decir que nos sentirnos impotentes, desamparadas y desprotegidas. Parece que nosotras, las personas de buenos sentimientos, incapaces de entender la agresividad política, institucional, económica, física y judicial a la que somos sometidas continuamente, estamos absolutamente fuera la ley.
Y así me siento, fuera de la ley, porque no hay leyes que impidan los desahucios, sino leyes que los regulan, no hay leyes que impidan que se rescaten los bancos que nos han llevado a la ruina, y sí leyes que nos obligan a darles el dinero público para que se rían en nuestra cara los que verdaderamente mandan en el mundo.
Sin dudas yo me cuento entre ellas y puedo decir que nos sentirnos impotentes, desamparadas y desprotegidas. Parece que nosotras, las personas de buenos sentimientos, incapaces de entender la agresividad política, institucional, económica, física y judicial a la que somos sometidas continuamente, estamos absolutamente fuera la ley.
Y así me siento, fuera de la ley, porque no hay leyes que impidan los desahucios, sino leyes que los regulan, no hay leyes que impidan que se rescaten los bancos que nos han llevado a la ruina, y sí leyes que nos obligan a darles el dinero público para que se rían en nuestra cara los que verdaderamente mandan en el mundo.
Esos canallas que nos gobiernan sin mostrarnos sus caras y sin escrúpulos incentivan el odio entre nosotros de muchas maneras, y así, el racismo, el machismo, el feminismo, los fanatismos religiosos, los patriotismos, el fútbol, las políticas de género y cualquier cosa que enfrente personas de cualquier país con otro, de cualquier color o de cualquier edad o gusto musical es llevada al extremo.
Un ejemplo claro son los espectáculos con animales como el de hoy en Medinacelli. Torturarán a un animal hermoso y sano durante una hora para la supuesta diversión de unos supuestos seres humanos en nombre de una supuesta tradición. Es absurdo, y una locura total que no se sostiene si no la entendemos dentro de ese plan mayor y global de hacernos sufrir a todos, enfrentarnos entre nosotros y que no levantemos la mirada para ver quién se esconde detrás de los hilos que mueven esos muñequitos a los que llamamos de "líderes mundiales" y que no son más que títeres.
Esta noche o cualquier noche, en Medinacelli, en Tordesillas, en cualquier estadio, en una playa donde desembarcan refugiados, en alguna ciudad bombardeada, en alguna cárcel política o no...en algún lugar donde se cometa un acto cruel, habrá dolor y muerte de animales o de personas de cualquier género o edad por las razones más absurdas.
Así se irá repitiendo hasta que en vez de pelearnos entre nosotros levantemos juntos las cabezas para identificar quien maneja los hilos de los payasos que nos gobiernan y les pidamos cuentas a ellos.
Así se irá repitiendo hasta que en vez de pelearnos entre nosotros levantemos juntos las cabezas para identificar quien maneja los hilos de los payasos que nos gobiernan y les pidamos cuentas a ellos.
Isabel Salas