Que pena dan las
banderas a media asta y los amores a medias. Amores asustados que
saben que el otro no está preparado para amar y ser amado con todas las canicas
y todos los demonios.
Los demonios
escondidos en el bolsillo de atrás se hacen los muertos un rato, un día, un mes
o un año, y después salen uno a uno a saludar. Antes o después salen
a asustar princesitas y príncipes azules y no son peligrosos, en realidad son
sólo demonios y se puede razonar con ellos.
Pero las putas
canicas son letales.
Resbalan.
Es lo que tiene
esconder las canicas... que terminas olvidando donde las pusiste, cuantas
tienes o lo mucho que resbalan. Crees que son como los demonios.
Y no.
Son canicas.
Y son mortales.
Isabel Salas