Yo no estoy esperando a la muerte.
Me va a pillar sin arreglar,
con la cama sin hacer.
Tampoco estaba esperando a la vida.
Me pilló de improviso.
Y aquí estoy, viviendo.
Yo lo único que espero es
que cuando me dicen
que me esté quietecita
que no va a doler...
sea verdad,
y no duela.
Isabel Salas