Aunque el último llegaste
y un quilombo te encontraste,
en dos días lo arreglaste.
Lucas, ¡genio! te pasaste.
Después de tanto desgaste
mi triunfo sacralizaste,
a dos Felipes quemaste
y a mí me dignificaste.
La ecatombe interceptaste
y mis lágrimas secaste.
Las pruebas examinaste
y sabiamente juzgaste.
Las falacias, las obviaste
y la verdad valoraste.
A mi enemigo cegaste
cuando al fin martilleaste.
Lucas, al mal enfrentaste
y a la perfídia aplastaste
el día que redactaste,
firmaste y ejecutaste.
Isabel Salas 👀