Y al final,
estamos todos
en los libros equivocados
y la culpa es tuya.
En el resumen anual,
cuentan que los campos quemaste
después de arados.
Y quemaste la casa, y mi paciencia,
e incendiaste las letras
de los renglones
de los poemas
más desquiciados.
Ella en mi libro,
blanco gusano que asoma por la grieta,
yo en el de él,
y tú, escondido en la estela
de la nave
que abandona el planeta,
planeando,
escribir la odisea
del culo
y la croqueta.
Estarás muy contento
con el desastre.
Las portadas gritando
por las bocas erradas,
y tú,
pirómano cobarde,
suplicando,
que llueva en el incendio
que provocaste.
Estarás contento.
Observando tu obra
te invade el desaliento
y no miento al decirte,
que no lo siento.
Cada semilla
de tantas que sembraste
ha dado fruto.
La luna ya no brilla,
llora por los desastres
que provocaste.
Isabel Salas