Amanecer en la playa se parece mucho a despertar contigo.
Caminar por la orilla, hablando algunos pasos, callando otros, disfrutando el momento, tocándonos con ese suave roce del que toca lo suyo. Tu piel tiene el color de la arena mojada, la mía el de la espuma, y juntos, pintamos la marea con tonos rosados que calientan el día. Somos pincel y lienzo, paleta y tinta, dos y todo, parte del paisaje y universo aparte.
El sol huele a naranja, tu cuello a coco y el aire es un perfume de promesa imperfecta, recién nacida, que abarca todo y a nada teme, que todo quiere darlo y nada ve imposible cuando jura, segura, que será para siempre.
Caminar por la orilla, hablando algunos pasos, callando otros, disfrutando el momento, tocándonos con ese suave roce del que toca lo suyo. Tu piel tiene el color de la arena mojada, la mía el de la espuma, y juntos, pintamos la marea con tonos rosados que calientan el día. Somos pincel y lienzo, paleta y tinta, dos y todo, parte del paisaje y universo aparte.
El sol huele a naranja, tu cuello a coco y el aire es un perfume de promesa imperfecta, recién nacida, que abarca todo y a nada teme, que todo quiere darlo y nada ve imposible cuando jura, segura, que será para siempre.
Y parece mentira que pueda ser verdad tanta alegría y sin querer, aunque te enfades, lloro.
Amanecer contigo se parece mucho a despertar mecida por las olas, suaves, impetuosas y llenas de caricias. Embestidas de agua, de hombre enamorado, de deseo que se sacude el sueño con los ojos cerrados y el alma abierta. Y te quiero tanto cuando amanece.
Y te quiero tanto siempre. Y el mar lleno de luces de amanecer es tan igual a ti, que cuando en ti amanezco, paseo por la orilla como quien anda con los pies en las olas tocando el cielo, caminando, volando, entregándote en cada beso todo lo que me pides, mi amor, mi alma, mi confianza, mi manantial secreto y esa risa de hembra que tanto aprecias y te hace reír cuando dices que es tuya, y que sólo tú sabes desenterrarla de la arena.
Y es verdad, esa risa de amanecer contigo, solo contigo nace y amanece. Sólo en tu boca se desborda y crece.
Amanecer contigo se parece mucho a despertar mecida por las olas, suaves, impetuosas y llenas de caricias. Embestidas de agua, de hombre enamorado, de deseo que se sacude el sueño con los ojos cerrados y el alma abierta. Y te quiero tanto cuando amanece.
Y te quiero tanto siempre. Y el mar lleno de luces de amanecer es tan igual a ti, que cuando en ti amanezco, paseo por la orilla como quien anda con los pies en las olas tocando el cielo, caminando, volando, entregándote en cada beso todo lo que me pides, mi amor, mi alma, mi confianza, mi manantial secreto y esa risa de hembra que tanto aprecias y te hace reír cuando dices que es tuya, y que sólo tú sabes desenterrarla de la arena.
Y es verdad, esa risa de amanecer contigo, solo contigo nace y amanece. Sólo en tu boca se desborda y crece.
Y sólo tú sabes que existe, cuando se viste con colores de ola recién pintada, y te abrazo con la fuerza del mar que se despierta en mí, embestido por ti.
Del Libro TE CONTENGO, 2017