Dos mujeres se encuentran,
se miran,
se sonríen,
y aunque no se conocen,
se reconocen
Dos mujeres de sol,
de luna,
que son como cualquiera
como tú, como yo
como ninguna.
Dos mujeres que sangran
lloran, maldicen
aman,
gozan, respiran
bendicen
y perdonan.
Dos mujeres se juntan
y se abrazan,
se consuelan
se ríen.
Se miran a los ojos
y se dan calma,
las dos han aprendido
a desnudar el alma,
una bailando
otra escribiendo,
las dos llorando a veces,
y otras riendo.
Y cuando dos mujeres
se desnudan así,
el abrazo es total,
en él,
cabe la furia
del arte más cañí,
caben niños y viejos,
héroes y derrotados,
caben gente de aquí
y otros,
que están más lejos,
con patria,
o desterrados.
Un abrazo bonito
que se dan dos mujeres
y que el baile transforma
haciéndolo infinito.
Isabel Salas