En la playa,
a tu lado,
con los ojos cerrados,
sabiendo que me observas
con el alma despierta
y el deseo saciado.
Y la arena caliente
que nos quema la piel
y el ruido de las olas
que parece mi sangre
cuando corre en tropel.
Y mi mano febril
que acaricia la tuya
y tu voz,
que promete de nuevo
amarme cada abril
en cada primavera
que traiga el porvenir.
Y yo,
que deseo creer que es posible
y que existe
el amor invencible,
finjo ser la princesa encantada,
que al compás del amor,
se desmaya.
se desmaya.
Y mantengo cerrados los ojos
ocultando el temor
de perder otra vez el amor,
que me juras de nuevo
en la playa.
Isabel Salas