Leerte,
es acariciar tu pelo,
tocarte,
conocerte.
Deslizarme
entre las suaves curvas
de tus renglones
e imaginar el tacto
del aroma de noche
de tus mechones.
Y siempre
se desliza la seda de tus sonrisas
entre mis dedos,
y me sorprende
la colección de abcisas
con que vistes tus ruedos.
Y a veces
quisiera ser la flor morada
que respira escondida
susurrando poemas
bajo tu almohada.
Pero nunca
te digo
que leerte es tocarte
y tal vez,
mi manera de imaginarte
aquí,
conmigo.
Isabel Salas
Dedicado a Juan Carlos Tonatiuh, el poeta infinito que hace de toda conversación un poema y cualquier asunto convierte en poesía sin aparente esfuerzo. Por encima de los celos que ese don me provoca, están la admiración, la amistad, el cariño y ese deseo de un día, emanar poesía, como él, a raudales.