Dejar de creer
es mucho peor
que dejar de querer.
Más eficaz,
más cruel,
más letal,
más letal,
mucho más poderoso.
Dejar de quererte
vendrá con el tiempo
pero tus mentiras
mataron mi fe
y nada que digas
hará que yo pueda
volverte
a creer.
a creer.
Isabel Salas