Tú y yo sin tú,
es sólo yo.
Un yo solito
que se sienta delante de tu espacio
y no sabe que hacer.
Si decir tu nombre
envuelto en un grito
y dejar que se arrastre despacio
hasta donde estés.
O esperar la hora
en que lo que siento
pare de doler.
Tú y yo sin tú
es un yo sin aire.
Tan uno, tan sin ganas,
tan sin saber qué hablar
ni qué decir.
Tan casa sin ventanas,
tan loco por amar
tan sin saber decir adiós
ni cómo concluir.
Y tan sin tú,
tan yo sin ti.
Tan incapaz,
tan infeliz.
Isabel Salas