Aldous Huxley escribió
sobre un futuro distópico
herido en su bisectriz.
Pintó un infeliz planeta,
lo llamó Mundo Feliz,
(como una burla discreta)
y se comió la perdiz.
George Orwell, años después
quiso también bromear
así que firme y cortés
nos regaló otra versión
de un futuro encantador.
Un gran hermano traidor,
neolenguas, nopensares
y amenazas de un futuro
donde la paz sería guerra
a pesar de los pesares.
Y hoy por hoy, la realidad
superó las dos ficciones
nanorobots, infecciones
mascarillas, mortandad.
Políticos depravados
vacunas, niños con miedo,
jóvenes apavorados
viejos muertos, corrupciones
y vecinos endiosados
que señalan con el dedo
y respetan restricciones.
No saber qué es la verdad
temer por la libertad,
e ignorar que pasará
ni que sorpresa será
la que pueda ser mañana
el fin de la humanidad.
Isabel Salas