Me gustan esos besos que me das
sin preguntar si puedes.
Esos que me regalas
porque te gusta dármelos.
Porque tú quieres
y sin que te los pida.
Sin mirar a los lados
por si hay vecinos,
sin ceremonias,
sin "que dirán".
Esos besos tuyos
que me encienden la música
y me dejan temblando,
con las piernas blandas
y ese bulli bulli de la sangre templada
que se calienta cuando te ve.
Unos besos tuyos
que guardas para mí.
Fabricados por ti
a mi medida.
Esos besos con lengua,
manos y abrazos.
Besos ansiosos
de días sin verse,
y cuando los terminas
y abro los ojos,
me gusta ver la risa
que sale por los tuyos
mientras me miras
y escuchar como dices
haciéndome un cariño,
ya puedes respirar.
Besos de hombre,
risa de niño.
Isabel Salas
Del libro
Del libro
@ El canario y la máquina de coser