jueves, 6 de marzo de 2025

COSAS QUE SE ROMPEN

 Los huesos que te sustentan, 
se rompen.

Las huelgas también, 
se pueden romper.
Los vestidos arrancados.

Los silencios,
quebrados por los ruidos.

Los dientes,  por caídas.
Los cántaros, 
rotos de tantas idas
a las fuentes de los refranes.

Se rompen los diques,
las fotos, las cartas.
Las ventanas.

Las gafas de cerca,
los tratos.
 Las puertas de armario.
Hasta las cadenas se pueden romper.

Las caras.

Los culos, los corazones, 
destrozaditos.

Los ascensores.
Las promesas también,
los coches, los paraguas,
los vídeo juegos
y yo.

Isabel Salas


sábado, 1 de marzo de 2025

BRÍNDAME


Brindar es una palabra, como casi todas, con varios significados, uno de ellos es manifestar, al ir a beber, el bien que se desea a personas o cosas, como cuando brindamos por el inicio de las vacaciones o el ascenso del primo Felipe que ya se podrá casar, por fin, con su novia Esperancita, gracias al sueldo nuevo.

Pero cuando quiero brindar contigo no es eso lo que yo quiero. No es exactamente eso de desearte el bien, que también te lo deseo, como no, pero lo que de veras pasa es que te deseo a ti, y te deseo bien, bien deseado, con ganas de hacerte cosas (buenas, eso sí, buenas todas), incluido beberte directo de la botella, que aunque no es de buena educación hay que reconocer que ese envase que tienes me provoca y sin darme cuenta, termino perdiendo los modales.

Otro significado es ofrecer o mostrar una cosa a alguien, y viene un ejemplo estupendo en el diccionario: la naturaleza nos brinda a todos su aire, su sol, su luz. Así, gratis, nos muestra todo eso y nos deja que respiremos ese aire, que nos bañemos en esa luz y nos calentemos al solecito en los días de invierno. Como tú, que no me cobras por respirarte, me calientas gratis con luz o en lo oscuro, como el sol de invierno y además me enfrías, me besas , me haces reír y me dices tonterías que me reconcilian con el Katrina y su puta madre por resumir todas las cosas que me joden en una sola y con nombre de mujer como el Olvido, la Libertad o la novia atragantada de mi primo, esa Esperanza que no muere ni de tedio la pobre.

Ya que estamos, le quiero mandar un beso a Sabina, ese que canta, que aunque no tengo muy claro aún si es un cabrón desgraciado o un feo simpático hay que reconocer que pone las letras muy bien colocadas en sus canciones y tiene ese aire de torero desconcertado que siempre me ha parecido peculiar. Por cierto los toreros también brindan los toros, eso es cuando le dedican la faena que van a realizar a una o más personas de las que los miran. Personalmente como los toros no me gustan no le veo la gracia a nada de lo que hacen los toreros. La única utilidad pública que les veo es lo bien que rellenan las revistas de prensa rosa con sus casorios y anulaciones, hijos bastardos, hijas adoptadas y viudas lloronas.
 
En nuestro caso lo que solemos hacer, lo hacemos procurando que no nos mire nadie, así que tendrás que ofrecerme tu faena a mí y confiar en que yo no te corte ni las orejas ni el rabo aunque no tengas una buena tarde , que eso le puede pasar a cualquiera, ya se sabe, y no soy yo tan hija de puta para caparte por un gatillazo aunque no me guste ni pensar en esos términos. Yo cuando pienso en brindar contigo, prefiero pensar en una buenas cogidas de esas que me entran ganas de aplaudirte en pie, agitando mi pañuelo y pidiéndole al portero del hotel que te saque a hombros.

Sin embargo el significado que más se adapta a nosotros es el brindarse a algo, es decir, ofrecerse a hacer algo libremente o de buena voluntad. No hay nada que yo haga más de buena voluntad que irme contigo, aunque no seas un verbo transitivo, a pasar unas horas y disfrutar de tu faena, de tu luz, de tus besos, del gollete de tu botella y de todas las cosas buenas que me brindas siempre con ganas y siempre con esa sonrisa que encienda las estrellas sea la hora que sea.

 
Isabel Salas