lunes, 3 de octubre de 2022

AVE DE PASO


Ave de paso soy,
sin prisa ni retraso.

de cielo en cielo voy,
sin temerle al fracaso

Y me lo dices tú,
árbol de viento,
molino cuyas aspas
ignoran lo que siento.

Nada de mí conoces.

Apenas imaginas
la fuente de mis goces,
o el grado del seísmo
que me dejó en ruinas
al borde del abismo.

Y tus ramas me espantan 
en lugar de abrazar.

Tus hojas son de acero
y me avisas, sincero
que me pueden cortar.

Eres árbol arisco, 
 tronco huraño.
Tu gesto es montaraz
sin el brío de antaño.

Corazón inflexible
coraza impenetrable.

Un galán indomable
que se niega a ser nido
de mi vuelo sensible.

Y así, cierras la puerta,
el alma y la ocasión
de ser árbol de nido.
e ignoras mi pasión.

Y yo, 
ave que pasa 
solitaria y exhausta,
detengo mi volar por un segundo
para admirar la palma de tu mano,
que se negó 
cargada de razones,
a ser mi mundo.

Isabel Salas

sábado, 1 de octubre de 2022

ALEATORIEDADES



Algunas cosas pasan a la luz del día y otras a plena luz de la noche.


Las hay que pasan desapercibidas y otras que llaman la atención de todos, incluso, aunque no existan.

Muchas suceden entre cuatro paredes y otras, magníficas, sólo entre tus brazos. Cosas que no deberían de haber pasado y otras que desearíamos que pasaran y rezamos para que así sea. Algunas que a nadie importan, y que aún así, se meten en las conversaciones de las vecinas chismosas y unas cuantas que pasan tan a las claras que todos se deslumbran y ni las ven.

Las hay que pasan lentamente, como los días sin ti y las que lo hacen a la velocidad en que la limonada baja por la garganta en días de verano. Rápida y mística, haciendo que te quieras hincar de rodillas ante el altar del Dios del hielo.

Cosas que me pasaron contigo y otras que sucedieron cuando ya te habías muerto, (ido, callado, mudado, casado) y tengo que contártelas de noche, en mis sueños, llorando a veces, imaginando que me oyes.

Me pasan cosas imposibles de creer y otras tan absurdas que ni merece la pena contarlas. Coincidencias increíbles, misterios insondables, enamoramientos inexplicables, deseos inconfesables, hambres incontrolables, ganas de reír, de llorar, de morir, de vivir, de parar, de parir, de seguir, de sembrar, de dormir, de escribir o de mirar por la ventana esas ramas mecidas por el viento.

Tan dulcemente.
Tan hojas vivas, tan juguetonas, tan llenas de susurros, tan esperando la lluvia,  tan del agrado de mi gata.

Pero llega gente, me traen regalos o noticias, y hacen que tenga que alejarme de la ventana. Gente que me cuenta chistes, me distrae, me enseña nuevas recetas de buñuelos o comparte secretos conmigo que preferiría nunca haber escuchado.

Hay hombres que me tocan la guitarra para enamorarme y otros que me tocan las tetas para calentarme. Algunos fingen que me desean para tratar de conseguir algo de mí y otros que no me quieren aunque sus manos y sus ojos me coman viva.

Hay momentos de paz y otros de guerra, de recapitular, de quemar naves, de rendirse, de construir, de decidir, de destruir, de irse, de posponer, de llegar, de bailar, sacarse el carnet de conducir, de beber, de descansar, de discutir, de arreglar el armario, de limpiar las ventanas o de hacer sexo oral.

De alejarse.
De volver.

De arrepentirnos, de pedir perdón, de pedir permiso, de pedir la vez en la fila, de pedir favores y de imponer.

De mandar flores o de  mandar a la mierda.

De dar la mano, de dar la razón, de dar por bueno lo nefasto, por perdido lo que no nos ama, de dar las gracias o de dar la enhorabuena. De hacer la cama o de deshacerla hasta sacarle sangre, de hacer bizcochos y de hacer oídos sordos.

Así es la vida, una sucesión de anécdotas, de comidas, de actos, de canciones, de risas, de orgasmos, de frases, de viajes, de poemas, de besos, de maletas, de gatos, de ginecólogos, de bibliotecas, de señas de wifi, de pediatras, de colores para las uñas, de abrelatas.

Y así son las cosas.
Aleatorias.

Como el baile de las hojas de la ventana, como la vida.
Como las caricias de mi gata.

Tan impredecibles.

Isabel Salas




miércoles, 21 de septiembre de 2022

TRISTEZA

 
Que triste es mi tristeza a veces,
incluso sin trigales o sin trigo
y sin los tres putos tigres.

Estando sola 
o contigo.

Pura tristeza triste.
Pesarosa melancolía a secas,
daño infringido a pedacitos míos
arrancados a uña.

Triste tristeza mía teñida de negrura,
de muecas huecas
que el desaliento acuña.

Tristeza letal
que atora el canal de respirar 
dejándolo chiquito,
 convirtiendo en deporte radical
la acción tradicional 
de resollar.

Que triste es
estar tan triste así, tan triste y gris,
tan afligido,
tan aquejado y tan de luto.

Tan compungido,
sintiendo honda la mordida
de un dolor tan puto.

Tanta melancolía
 hace que esta tristeza mía
contamine el mar 
y azul mis ojos.

Hace que infecte el aire
que sale de las penas 
pasando por mi boca
arrastrando despojos,
cocinando dolores
y quemando 
rastrojos.

Triste tristeza trigueña
de tigres glotones
que sirve para hacer trabalenguas
sobre mujeres, hombres o niñas,
declamando corrido
o a tropezones.

Isabel Salas





sábado, 17 de septiembre de 2022

DECÍAS


Yo no miento
-decías-
Soy siempre sincero
-decías-
Digo lo que siento
-decías-

Yo te quiero
-decías-
Nunca hablo con ella
-decías-
Eres mi lucero
-decías-

Sólo a ti te escribo
-decías-
Sueño con tus besos
-decías-
Que dudes prohíbo
-decías-

Ves lo que no existe
-decías-
Imaginas cosas
-decías-
Acaso bebiste
-decías-

Sólo a ti te canto
-decías-
Eres mi futuro
-decías-
Sécate ese llanto
-decías

Y sequé mi llanto
y creí en tus ojos
y llegó el espanto
de saber que en todo
promesas, encantos
canciones 
y cantos
-mentías-
-mentías-
-mentías-

Isabel Salas

viernes, 9 de septiembre de 2022

SOÑANDO EL AMOR




Los grandes amores no se merecen. Los grandes amores se conquistan, se lucha por ellos sin excusas ni dudas y poco a poco, centímetro a centímetro, se gana uno el derecho de vivirlos en plenitud.

No son para cualquiera los grandes amores. Son, simplemente,  para los que no tienen miedo de amar y no se escudan en miles de disculpas del pasado para justificar su falta de valor. Son, en definitiva, para los que saben que el corazón se cura porque está vivo y todo lo vivo encuentra la manera de seguir viviendo aunque lo aplasten y lo troceen cientos de veces.

Por eso, por estar viva y ser valiente es que pude amarte y por eso mismo es que tú, ni pudiste ni quisiste amarme a mí. Por eso yo pude enamorarme de ti y tú sigues enamorado del amor esperando que así, te llueva uno que te moje hasta los huesos.

Tú miras el mar buscando consuelo para tu soledad y yo, ya me saqué casi toda la arena de los zapatos. No toda, reconozco que aún quedan algunos granitos que incomodan al andar, me queman la piel, la hieren, la arañan a cada paso que me aleja de ti haciéndome sangrar, pero estoy andando y mirando al futuro mientras tú sigues ahí, sentado y solo en la misma piedra donde te encontré.

Anclado, varado, mirando al pasado.
Soñando con un gran amor.

Isabel Salas



jueves, 1 de septiembre de 2022

PEDRO SE FUE




Nadie supo nunca 
porqué  Pedro se fue, 
ni a dónde,
ni cómo,
ni con quién.

No dijo nada,
nada explicó,
se fue sin ropa y sin maleta,
a nadie dijo adiós.

Nadie lo espera 
después de tantos años,
olvidaron el nombre 
de quien los traicionó.

Él piensa a veces
en lo que atrás dejó
sus hijos, su mujer,
su madre, su ciudad
y siente por momentos, 
ganas de regresar.

Le faltan las palabras
para explicar su marcha
o pedirles perdón.

Desiste del regreso,
continúa su huida,
sacude los recuerdos,
y regresa al camino
persiguiendo otra vida.

Isabel Salas



viernes, 26 de agosto de 2022

NAVEGAR



Desde pequeña me gusta pensar en el agua.

Beberla, nadar en ella.

Decían en la escuela que no tiene olor, color ni sabor, pero es mentira, hay aguas con sabor a piedras, a excursión de escuela o a flores y las hay que huelen a agua de nevera o de bautizar paganos.

Otras son especiales, por ellas navegas cuando alguien te dice que te ama y lo crees, están en el cielo donde todo es posible.

Sólo los besos pueden elevarte hasta ese mar entre las nubes, y allí, el agua, por fin, sabe a paz.

Isabel Salas



viernes, 12 de agosto de 2022

TODO DICHO



No estoy callada,
es que no tengo nada que decirte.

Se acabaron los versos
se terminó el amor.
Ya puedes irte.

Aquel raudal de rimas, 
se acabó.
El manantial de besos,
se secó

No estoy callada amor,
es que lo dije todo
y la voz, 
agotada,
descansa ahora
al lado del cariño
con que con voz de niño, 
hoy,
tu alma llora.

Isabel Salas