jueves, 6 de abril de 2023

HORAS MALAS


Hay fechas
tan hambrientas
que notas
como las horas te mastican
en un acto,
canibal,
 de fe.

Días
tan glotones
como tu boca
cuando me quería,
incansable, 
poseída
 de metódica lascivia.

Horas
tan sin ti
que me aplastan  
con el peso
de las camas vacías,
tan tonelada de escombros
después del seísmo.

Y luego
el silencio muerto
esperando bomberos
y domingos
para doblar la hoja
del alma
naque.

Isabel Salas

sábado, 1 de abril de 2023

REVENTAR


Si los verbos mataran.
Si los tontos volaran.

Si las maldiciones,
si las discusiones,
si las consecuencias 
de las decisiones.

Si pudiera borrarte
deletarte,
olvidarte, bloquearte
perdonarte.

No lo haría.

Peleando
permanecería.

Prefiero 
saber que no vuelas,
prefiero creer
que es mejor recordar,
discutir
ofender,
golpear y saber
que los verbos no matan
pero pueden joder.

Comprobar
que regresas  para negociar
y volver a chingarte
hasta que me canse
o hasta reventar.

Isabel Salas


martes, 14 de marzo de 2023

IMAGINAR



Me gusta imaginar que también me echas de menos. Suponer, a cámara lenta, que a veces, tu aire también te quema en la garganta y tus ojos se llenan de agua al pensar en mí.

Te imagino recordando cuando nuestra cama era una playa después de amarnos y tu pecho la caracola que me traía el sonido de todos los mares.

Así te veo yo, cuando te miro a través del vidrio de la ventana de los buenos recuerdos, desnudo y quieto, enredando los dedos en mi pelo mientras pensabas en tus cosas, compartiendo silencios conmigo y con mi piel.

Algunas noches, me duermo con el deseo intenso de soñarte y casi puedo sentir el roce de tu pecho en mi espalda, vuelvo a escuchar tu voz y por unos momentos el aire huele a ti.

Me gusta imaginar que también me imaginas pensando en ti, y como yo, sonríes antes de llorar.

Isabel Salas


lunes, 13 de marzo de 2023

ESTARÁS CONTENTO


Y al final, 
estamos todos 
en los libros equivocados
y la culpa es tuya.

 En el resumen anual,
cuentan que los campos quemaste 
después de arados.

Y quemaste la casa, y mi paciencia,
e incendiaste las letras
de los renglones
de los poemas
más desquiciados.

Ella en mi libro,
blanco gusano que asoma por la grieta,
yo en el de él,
y tú, escondido en la estela
de la nave
que abandona el planeta, 
planeando,
escribir  la odisea 
del culo
y la croqueta.

Estarás muy contento
con el desastre.

Las portadas gritando
por las bocas erradas, 
y tú,
pirómano cobarde,
suplicando,
que llueva en el incendio
que provocaste.

Estarás contento.

Observando tu obra
te invade el desaliento
y no miento al decirte, 
que no lo siento.

Cada semilla
de tantas que sembraste
ha dado fruto.
La luna ya no brilla,
llora por los desastres
que provocaste.

Isabel Salas



domingo, 5 de marzo de 2023

CARNE DE CANCIÓN


Es fácil para mí
cantar o amar
si estás aquí.

Eres la fuente
de las sensaciones
y conviertes,
queriendo o sin querer
mis versos en canciones.

Enciendes luces
iluminas penas
perfumas emociones,
y mi llanto brilla
convertido en poema.


Es fácil para mí
sufrir pensando
que me puedo morir.

Si se seca tu fuente...
si te alejas de aquí
y te vas
queriendo o sin querer
lejos de mí.

Enciendes lunas
iluminas poemas
perfumas mis canciones,
y mi canto brilla
espantando las penas.

Isabel Salas

miércoles, 1 de marzo de 2023

BRÚJULA


Escucho de fondo, mientras hablamos por teléfono, el ruido de tu coche convertido en cohete. El motor acelerado, tu voz también y esas dos cosas rápidas embalan mi corazón en un efecto dominó de sensaciones urgentes. 

Todo corre más de lo normal, tu auto, nuestra sangre y las palabras que decimos. Me dices que me prepare, que vienes, que ya mismo llegas, que traes un manojo de ganas reventonas que te meten fuego, me cuentas que hay unas olas de lava desarbolada chocando contra las piedras de tu acantilado y que tu piel quema. 

Ardes con la fiebre maldita, un calor sin pudor ni disfraz que tiene un GPS de girasoles y todos apuntan hacia mí.

Eres una brújula hirviendo en una sopa de letras hechas con fideos de escribir deseos. Me avisas, me  adviertes que esté lista, que hierves, que el infierno está de verbena y  el demonio está cabrón. 

Me asusto. 

Me tranquilizas riendo, no debo asustarme demasiado, será sólo la puntita de la parte de abajo del iceberg. Juegas  y explicas que podrás ser un loco, un tarado, insinúas que es por eso que me gustas tanto, pero estás avisando y con guasa sonríes advirtiendo en un susurro que el que avisa podrá ser muchas cosas, pero al menos no es traidor.

Y oigo todo lo que me dices con mi sonrisa prematrimonial


Isabel  Salas




martes, 28 de febrero de 2023

PERSONAJES QUE DESAFÍAN LA CONFORMIDAD

 

 

Si alguna vez te conmovió la historia de Walt Kowalski en Gran Torino o la de Tomás en The Fisher King, entonces encontrarás su parecido con Miguel,  uno de los protagonista de El canario y la máquina de coser. Al igual que ellos, Miguel vive al margen de la sociedad, desafiando las normas establecidas y defendiendo su libertad a toda costa. ¿Qué tienen en común estos personajes? Walt, Tomás y Miguel no solo comparten la soledad y la dureza de sus circunstancias, sino también una dignidad férrea y una perspectiva de vida que desafía las expectativas de quienes los rodean. Cada uno, a su manera, se convierte en un faro de autenticidad para aquellos que tienen la suerte de cruzarse en su camino.

 
Walt es un veterano de guerra que ha visto lo peor de la humanidad. Se ha endurecido con el tiempo, creando una coraza que lo protege de un mundo que percibe como cada vez más distante y hostil. Sin embargo, a lo largo de la película, su relación con un joven vecino de ascendencia asiática logra romper esa coraza, revelando a un hombre justo y compasivo, capaz de sacrificarse por el bienestar de los demás. La evolución de Walt nos permite ver que, incluso en las personas más rígidas y solitarias, habita un corazón capaz de dar y recibir amor cuando las circunstancias externas o la compañía adecuada, lo permiten.

De manera similar, Miguel, para muchos uno de mis personajes más querido, construye una amistad especial con la narradora, quien lo conoce desde su niñez. Aunque la vida de Miguel se desarrolla en las calles, sin las comodidades de un hogar tradicional, él  enseña a la niña a ver más allá de las apariencias y a valorar la libertad por encima de todo. A través de gestos sencillos y conversaciones sinceras, Miguel se convierte en un referente de valentía y dignidad para la joven.

Igualmente Tomás es un personaje excéntrico y marginado que elige vivir en la calle, desconectado del sistema social convencional. A simple vista, parece una persona perdida, olvidada y sin rumbo. Sin embargo, quienes se detienen a conocerlo descubren una profundidad y sabiduría que van más allá de lo aparente. Tomás, con su forma de ser, muestra que la verdadera libertad reside en desprenderse de lo superfluo y buscar lo esencial, aunque ello signifique ser incomprendido por la mayoría. Miguel, de manera similar, se convierte en un mentor inesperado para la narradora, enseñándole a apreciar la simplicidad de las cosas y la importancia de ser fiel a uno mismo, sin importar las circunstancias. Aunque la sociedad lo ve como un hombre sin hogar, su historia revela la fuerza de un espíritu inquebrantable que se niega a someterse a las expectativas ajenas.

¿Por qué sus historias son tan poderosas? Estos personajes nos recuerdan que la verdadera riqueza no está en el dinero ni en el estatus, sino en vivir de acuerdo con nuestras convicciones. Tanto Walt como Tomás y Miguel prefieren la incomodidad de su realidad a someterse a las expectativas impuestas por los demás. Nos enseñan que la libertad personal y la dignidad no se negocian, y que el valor de una vida no se mide por cómo encaja en la sociedad, sino por cómo se vive con integridad. La lección de Walt Kowalski radica en su capacidad de sacrificarlo todo por los demás, a pesar de sus prejuicios y su resistencia inicial al cambio. Al final, Walt elige la incomodidad y el sacrificio por encima de su propia seguridad, dejando claro que el amor y la compasión son más fuertes que cualquier resentimiento.

La de Tomás nos muestra que incluso en la locura aparente existe una claridad profunda sobre lo que realmente importa. Su vida al margen de la sociedad no es un fracaso, sino una elección consciente de no seguir las normas impuestas. Al ser libre de ataduras, Tomás encuentra una paz y una aceptación que pocos logran alcanzar. Y por último, la de Miguel se encuentra en su resistencia frente a la imposición de la caridad forzada. Prefiere vivir en la calle con sus perros antes que ser confinado a un asilo donde perdería su autonomía. Miguel se convierte, sin quererlo,  en un símbolo de la lucha por la libertad individual, mostrando que la dignidad no depende de tener un hogar, sino de la capacidad de decidir por uno mismo y estar cada día a pagar el precio que cuesta mantener esa postura.

Muchas veces me han pedido que explique mejor quien es Miguel, para mí es un homenaje a todos aquellos que, como Walt, Tomás y tantos héroes desconocidos, eligen caminar por caminos difíciles pero propios, dejando así una huella profunda en quienes los rodean. Su historia toca los corazones porque nos recuerda que no importa cuán duras sean nuestras circunstancias, siempre hay una forma de vivir con autenticidad y dignidad.

Estos personajes nos desafían a preguntarnos: ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por nuestra libertad? ¿Cómo nos definimos cuando el mundo intenta imponernos sus reglas? Los tres personajes nombrados nos muestran que la verdadera valentía no está en seguir el camino trazado, sino en encontrar el propio, por más complicado que sea, pero también nos demuestran que no es un camino cómodo ni para cualquiera.


Isabel Salas



lunes, 20 de febrero de 2023

DIEGO



Diego lloraba detrás del muro que él mismo había levantado.

Sus lamentos rompían el corazón de los que desde fuera escuchaban aquellos gritos tan tristes. Sus sollozos exhalaban soledad y suplicaban por amor.

Una mujer, conmovida por su dolor y enamorada de su aparente sinceridad, le pidió un día que la dejase entrar. Él escuchó atento la propuesta y analizó detenidamente las consecuencias de dejarla entrar. Por una lado ella atendia

después levantó más alto el muro, mucho más alto, con mucho esfuerzo. Descansó unas horas y tras recuperarse recomenzó su rutina de gritos y lamentos.

El muro funcionó.

Nadie más volvió a interrumpir su agonía.

Isabel Salas