lunes, 13 de mayo de 2019

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martes, 16 de abril de 2019

ABRAZO AÑEJO


Para las penas viejas,
poemas nuevos,
y renovadas 
flamantes buenas caras
para los malos 
tiempos longevos.

Nuevas ovejas
cantando el mismo salmo,
gritando el mismo amén,
para que nada obstruya
el chorro de aleluya
que bebe el palafrén.

Y en cada nueva muerte,
el mismo rostro triste
de cadáver inerte.

Inocencias frustradas
esperanzas podridas,
convicciones perdidas.

Y el mismo canto,
sumiso canturreo
que agradece el espanto
a esos crueles dioses
que imponen las llegadas
y los adioses.

Lo nuevo nace 
para hacerse viejo.

Por un instante
se abrazan ambos
en un abrazo añejo.

Y se despiden
desconsolados,
sin entender
porque nacen y mueren,
abandonados.

Isabel Salas





lunes, 8 de abril de 2019

HOMBRES CONTRA EL ABORTO



¿Eres un hombre y estás contra el aborto?

Te felicito, me gusta mucho la gente que (en este mundo tan neutro y cobarde) tiene el valor de ponerse a favor o en contra de lo que sea. Y más si lo hace con pasión y sin medias tintas, convencida y orgullosa.

No soy de esas mujeres que piensa que los hombres no deben opinar sobre aborto porque no son ellos que abortan. Nada más lejos, creo que todos y todas podemos y debemos manifestarnos respecto al mundo que nos rodea. Yo, por ejemplo, no eyaculo y sin embargo emito opiniones y preferencias sobre las velocidades de la eyaculación masculina y otros asuntos que podrían parecer, en principio, ajenos a mi interés.

Supongo que además de valiente y comprometido con el derecho a la vida, también eres coherente y nunca follas sin condón para prevenir embarazos no deseados en tu compañera sexual. Sea tu esposa o alguna de tus amantes, sé que ninguna correrá jamás riesgos contigo.

Estoy segura de que jamás te acuestas con mujeres casadas, tus amantes (si las tienes) doy por hecho que son siempre solteras, ya que si fallasen la píldora o el condón, ellas tendrían problemas para explicarles a sus maridos cómo y de quién  se quedaron embarazadas y alguna, asustada (o cobarde), incluso, podría querer abortar para no perjudicar su estabilidad matrimonial. Sé que tú jamás colocarías a ninguna mujer en esa disyuntiva pues tu defensa de la vida está por encima de todo.

Por supuesto imagino que eres un gran activista en pro de un mundo lleno de oportunidades educativas y laborales para las mujeres.  La lucha por la equidad, la  igualdad de salarios y una crítica constante hacia las actitudes machistas de otros hombres, son tu seña de identidad. Enseñas a tus hijas y a tus hijos a usar preservativos, y apoyas que en las escuelas se impartan nociones básicas de control de natalidad. Siempre insistes con tus hijos varones para que no presionen a sus amigas a hacerlo a pelo. El coitus interruptus ya sabemos lo peligroso que es y tú no quieres ser abuelo todavía, ni mucho menos que un nieto tuyo sea abortado.

Ni que decir tiene que debes ser un hombre íntegro que condena a los pederastas que dejan embarazadas a niñas de diez, once o doce años en adelante. Tú, no sólo no harías nunca algo así, sino que denunciarías inmediatamente a cualquiera que estuviera abusando de menores u ofreciéndolas como prostitutas. Ya sabes que esas cosas pasan, aunque no sea en tu barrio ni entre tus amigos, todos tan cabales como tú. Estoy segura de ello y te admiro por ser tan consecuente y escoger tus amistades con tanto celo.

También apuesto a que no debes aprobar el incesto, jamás te has excitado viendo un vídeo porno donde los actores fingen ser padre e hija y entre tus amigos y parientes no hay ninguno (que te conste) capaz de una cochinada de ese calibre.

Tengo absoluta certeza de que condenas las violaciones, sean de uno en uno o de siete en siete. Ya sabes, las tan de moda “manadas” donde un grupo de degenerados violan a una mujer de cualquier edad. No suelen usar condón y el riesgo de embarazo es altísimo. Aunque algunas chicas no parecen resistirse mucho en los videos que esos cavernícolas publican en internet (tal vez sea por el pánico que las paraliza o porque son super putas), ¿Qué más da? lo importante aquí no es si esa gente se divierte o no. Lo que importa es prevenir embarazos no deseados, algo que a ti, te parece prioritario.

Yo también estoy contra el aborto, y lucho por un mundo donde las mujeres sólo se queden embarazadas cuándo y cómo lo deseen. 

Así  sabremos que las mujeres, (todas) con acceso a la educación, a la información, al dinero para los anticonceptivos de su preferencia, ciudadanas de un mundo libre donde no corren riesgo de ser violadas ni por uno ni por diez hombres, ni por su padre ni por un extraño… solamente decidirán ser madre (caso lo hagan, porque a lo mejor no quieren serlo) cuando ellas estén preparadas emocional y económicamente para ello.

En ese momento no tendremos que preocuparnos de si el aborto es algo reprobable o si la adopción es buena o no. No será un problema si las parejas gay podrán o no adoptar, pues los niños estarán con sus madres que es con quien deben estar. Ellas, simplemente, se quedarán embarazadas libremente y por decisión propia cuando deseen tener hijos. Así de sencillo.

Parece que esto puede ser nefasto para los que quieren adoptar hijos ajenos, y lo es. Bien porque son parejas homosexuales y por tanto in-fértiles o bien por ser parejas heterosexuales con problemas para concebir, no tendrán la opción de adoptar. Tanto unos como otros, ese día, tendrán que aprender a lidiar con la frustración de aceptar la realidad.

Ese día, yo estaré no sólo contra el aborto, como lo estoy hoy, sino celebrando esa gran conquista de la mujer, de cualquier edad, heterosexual o lesbiana,  de poder al fin escoger, cómo, cuándo y de qué manera ser madre o no. Sin presiones sociales, religiosas ni económicas.

El legendario “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, llevado a la realidad, sin abortos, sin violencia, sencillamente lo que siempre debió haber sido: nosotras decidimos si deseamos ser madres.

Hasta ese día, yo soy a favor de legalizar el aborto, pues sé muy bien que actualmente, muchas mujeres se quedan embarazadas sin desearlo y aunque algunas deciden tener el hijo a pesar de ser fruto de un adulterio, un incesto, el fallo de un condón o una violación, no todas piensan igual y muchas, prefieren abortar.

Hasta que las condiciones no sean las que expuse más arriba y las mujeres sólo se queden embarazadas cuando lo desean y de la manera que escogieron, sé que seguirá habiendo abortos y lo lamento mucho, pues no me gustan nada.

Sinceramente creo, cómo tú, que la vida es muy importante, tal vez NO lo más importante, pero sí mucho. Por tanto,  porque defiendo la vida, me preocupan muchas vidas, la de las otras mujeres y la de sus hijos, los ya nacidos y los por nacer.

Ni tú ni yo podremos oponernos a que las mujeres y las niñas decidan abortar pues esa decisión es de ellas, y lo harán con o sin nuestro beneplácito si deciden hacerlo. En circunstancias seguras o poniendo en riesgo sus propias vidas.

Lo único que podemos decidir tú y yo, ya que las leyes se hacen supuestamente entre todos, es si el aborto será legal o no. Defiendo el derecho de todas las mujeres del mundo de hoy (lleno de violencia y de violaciones de todos los tipos) a abortar y respeto la decisión de ellas de hacerlo o no. Yo misma nunca aborté y siempre les garanticé a mis hijas que recibiría con amor a cualquier nieto o nieta que ellas me den, (sea como sea concebido), respetando siempre que, finalmente, será decisión de ellas parirlo o no. Espero que ellas nunca necesiten considerar la posibilidad de abortar, pero soy consciente de que muchas mujeres y niñas pasan por ese trance.

¿Es una decisión dura y difícil? Sin duda. ¿Es mucho mejor no quedarse embarazada para no tener que abortar? Por supuesto. ¿Puede el mundo garantizarnos a todas que sólo nos quedaremos embarazadas cuando lo deseemos? No

Por tanto, luchemos para que las condiciones cambien y permitan que ninguna mujer se vea en el dilema de abortar. En vez de condenarlas por hacerlo a escondidas o simplemente por hacerlo en las condiciones de hoy, pongamos nuestro esfuerzo en pro de que ninguna mujer considere el aborto una necesidad. Yo también creo que hay que luchar por la vida. Una vida mejor para todos y todas, para los que ya estamos aquí y para los que vendrán.

No creo que la condena a las mujeres y niñas que abortan, el perseguirlas, el insultarlas o el acorralarlas, sea una manera constructiva de luchar por ese mundo que deseo y que supongo deseas también. Y espero que tampoco sea esa tu forma de defender la vida, hombre que estás contra el aborto. La violencia (verbal y física) con que muchos aseguran defender la vida de los niños no nacidos, olvidándose de la vida de sus madres, no es ni más ni menos que otra forma de violencia contra las mujeres y las niñas. Ellas ya están bastante machacadas por el sistema.

Ya estamos bastante machacadas por las circunstancias.

No caigas en esa trampa.


Isabel Salas

domingo, 7 de abril de 2019

TOMAR PARTIDO

Para tomar partido hay que ser valiente, cualquier imbécil puede ser neutral.


Isabel Salas

lunes, 1 de abril de 2019

SIN ALAS

      
 "Mis pies no necesitan alas, tienen las de mi corazón."

        Isabel Salas

lunes, 18 de marzo de 2019

COLORES





























¿De qué color es el amor que estás soñando?
¿Amarillo como los adornos de tu pelo?
¿Rojo como tu corazón de niña?
¿Azul como el cielo?
¿Verde?

Isabel Salas









RAMIRO



El tendero del barrio es un ladrón. Siempre que puede te roba en la cuenta, en la vuelta, en el peso o en el precio.

Todos lo sabemos, y aún así acudimos a su tienda a colaborar con su necesidad de robarnos, como una costumbre local o un rito secreto ancestral del que todos somos parte.

Es como si Ramiro, que así se llama el tendero, estuviera viciado en robar y todos entendiéramos que si no colaboramos acudiendo regularmente a su mostrador a pagar el tributo, él podría morirse de síndrome de abstinencia o de la decepción. Nos quedaríamos, entonces,  sin ese bello local donde mágicamente encuentras de todo o tal vez, (Dios no lo permita), aparecería otro cabrón, más ladrón que él, a sustituirlo.

Y eso nadie lo desea, estamos acostumbrados a él.

Siempre es muy educado. Podríamos decir que es extremamente amable, y sin ser servil, sabe cómo hacer que te sientas especial. Nos saluda a todos por el nombre y nos pregunta como estamos, te dice cuando llega un pan menos correoso, o un queso más sequito, tal y como recuerda que te gusta. Se acuerda de preguntarte por la tos de la semana pasada o por las notas de la niña, que además de estar cada día más hermosa es muy buena alumna y un orgullo para la familia.

Si eres mujer te galantea y te hace sentir bonita sin caer en la vulgaridad o en el coqueteo, y si eres hombre te habla de fútbol o de marcas de cerveza y te felicita por el excelente empleo de tu hijo en la capital.

Nadie comenta sobre el comportamiento deshonesto de Ramiro. Tal vez todos creamos que somos los únicos genios que nos hemos dado cuenta de cómo nos roba, pero nadie se va a animar a decir nada. Ningún vecino va a levantar la liebre  por temor a que el resto del barrio se ponga en su contra.

Somos conscientes de su alegría cuando nos consigue sisar unos chavitos. Llega a ser tierno. Nunca es mucho, pero cualquier poquito basta para dejarlo feliz. Sospecho que esas pequeñas cantidades que nos roba a todos, las deposita secretamente en algún lugar mágico donde algún Dios terrible le cambia ese dinero sucio por años de vida o de salud para su próstata.

Sospecho también, que el silencio que guardamos en el barrio sobre el asunto es igual al que se guarda en otros barrios respecto a otros comerciantes ladrones y se debe a que intuimos que algo muy feo vive en nuestra ciudad.

Algo muy sucio y cruel que se alimenta de nuestras bajezas, de los adulterios, los engaños, las envidias, los golpes en los niños, de los perros quemados, de las calumnias y de tantas otras cosas horribles que hacemos los habitantes de nuestra pequeña y linda ciudad.

Cosas mucho peores que robar en el cambio.

Preferimos que sean los tenderos de cada barrio, los sacerdotes encargados de negociar con nuestro monstruo y por eso le sonreímos a Ramiro cuando nos agradece aliviado, la nueva compra, nuestra última contribución a su noble causa.

Es allí, en su mostrador, donde pagamos por nuestros pecados.

Y en realidad, salen baratos.

Isabel Salas