La princesa está triste,
aburrida, cansada,
infeliz, fatigada
perdiz desangelada.
El mar está sin sol,
el jardín sin estrellas,
el viento sin farol,
y el agua sin doncellas.
La noche sin rubor,
el fuego sin palabras,
la rosa sin lector
y las risas macabras.
La princesa no sabe
en qué se equivocó.
Más desastre no cabe.
Ningún sueño cumplió.
Cambió tinder por flores
fresas por siliconas,
certezas por rumores
y canciones ramplonas.
Un sin fin de idioteces
y malas decisiones.
Varios ruidos sin nueces
y muchas decepciones.
Isabel Salas