domingo, 24 de abril de 2022

LOS DOMINGOS



Pensamientos cortos, cortantes epigramas que nos asaltan de improviso. Deseos olvidados, profundos abismos que nos visitan con su ropa nueva. Risas musicales, amables, pareciendo pan, perfumadas, cálidas, cariñosas... amigas.

Preguntas densas, que flotan cuando las miramos y después se sumergen de nuevo como delfines sonrientes.

Silencios, miradas.
Besos.
Hambres antiguas y nuevas.
Sueños.

Helados.

Tiempos parados, impacientes, ansiosos.

Así son los domingos,
siempre pintados de rojo. Como la rosa que me diste a cambio de un perdón. 

Como fresas.

Rojos,  igual que mis labios y mis ganas de ti.

Isabel Salas




viernes, 8 de abril de 2022

TAL VEZ GROUCHO MARX

A lo mejor es sólo un poema
o a lo mejor no.

Puede ser un río de lava que quema,
o una cuerda que tire de ti
hecha con la piel,
de la hiel,
de un fonema.

O tal vez, me pongo,
y resulta,
que dejo que escriban mis tripas
en vez de mis dedos.

Y por arte y gracia de tres mil chiripas
se acaba mi miedo
y vuelves,
y plantas tus uvas, de nuevo,
en nuestro precioso viñedo.

Puede ser que parezca 
un poema más,
pero a lo mejor
es mi amor gritando
o tal vez 
Groucho Marx.

Es mi alma rogando, llorando
tal vez suplicando,
o quizás,
ganas de volver,
desandar lo andado
para amanecer
en la misma cama 
y en el mismo ayer.

Pueden parecer 
nada más que palabras,
que se forman 
sin poder evitar traicionar
el secreto,
pero son mucho más.

Son todos mis trucos,
mis abracadabras,
intentando que el mago aparezca
y te traiga y quieras
evitar que perezca
la motita de amor que aún palpita,
preciosa y chiquita,
llena de pasión,
en la esquina del arpa olvidada
de mi corazón.

Tal vez pienses que es,
 nada más que otra vez, un poema,
o tal vez,
Groucho Marx, 
puedas ver.

Isabel Salas

domingo, 3 de abril de 2022

SIN BESOS


Pasear por una ciudad donde nunca has besado, es sentirse delante de todas las puertas cerradas del mundo y no saber como hacer para que alguien abra una de ellas y, con una sonrisa,  te invite a un café en una cocina que huela a navidades.

Las puertas cerradas siempre tienen ese misterio agridulce de las promesas que otros intercambian en el banco de al lado. Funcionan casi con las mismas palabras mágicas que los corazones escarmentados o los árboles desnudos. A veces conseguimos encontrar el abracadabra que rompe el hechizo y nos permite traspasar todos los umbrales y todas las murallas y otras no.

Otras te tienes que conformar con mirar las promesas desde fuera y oler las cocinas a lo lejos, con escuchar las caricias desde el banco vecino y aprender a cerrar los ojos para que tu amigo el sol pueda acariciarte cuando, al borde del agotamiento, decidas descansar apoyando la espalda en alguna pared, de alguna esquina, de alguna ciudad donde nunca hayas besado.

El sol es tan nuestro, que no importa si nos encuentra andando por nuestro barrio o por el barrio de una ciudad ajena, siempre nos reconoce, siempre nos acaricia la mejilla con su roce amarillo, y a veces, cuando se alegra mucho de vernos, se mete en las hojas doradas de otoño y las hace brillar con su fuego. Después se desprende de los árboles, nos cerca, nos besa y nos hace sentir menos solos en medio de tantas puertas cerradas.

Más calientes, más amados.

Mucho menos extranjeros.

Isabel Salas  





viernes, 1 de abril de 2022

BUENOS DÍAS MÁGICOS


He pintado 
con los colores de tu volcán 
un Buenos días  
en el cielo de hoy.

Cuando te despiertes 
él será un imán
que te traerá 
hasta donde estoy.

Debajo de mi pelo, 
junto a mí.

Al lado de las cosas que eran mías,
mis amigos, mi casa, 
mi ciudad,
desde siempre esperándote
sabiendo 
que vendrías.

Ya no serán mis cosas, 
serán nuestras,
 ya no habrá tuyo o mío.
Serán dos manos diestras.
Nuestras dos aguas 
en el mismo río.

Pinté este Buenos días con amor
por los dos que te debo 
retrasados,
días atrapados 
en  despertares sin sabor,
robados, 
por rencores aboyados.

Te debía este cielo,  
 cuatro metros de abrazos, 
cinco kilos de besos
y tres litros de risas.

Y aquí los tienes.
Tuyos.
Pintados para ti 
con amor 
y sin prisas.

Isabel Salas