lunes, 20 de diciembre de 2021

ERIC



Soñar contigo es despertarme con la misma sonrisa de los veinte años y sentir de nuevo tu mano en la mía. Es recordar quién soy, es recargar las pilas de mis conejitos tamborileros y es, sobre todo, sentir el inmenso placer de comprobar que el tiempo no consigue que mengüe ni un poquito aquel cariño nacido entre mangos y barcos pirata.

Me gusta que funcione el truco de pensar en ti cuando voy a dormir y escuchar como empujas la puerta de mi noche para sentarnos a mirar la luna mientras conversamos. 

Trato de sonsacarte detalles de cómo es la vida que nos aguarda después de ésta y siempre cambias de tema como cuando hace años te preguntaba sobre las cosas que preferías callar, con bromas, cosquillas, cajitas con regalos y promesas imposibles.

Soñar así, contigo, me llena de alegría, de nostalgia, de amor, de ganas de hacer pan, de higos robados, de arrullo de olas, de aroma de vainilla y de canciones. Son buenas noches las que sueño contigo. Me dejan siempre el sabor bonito de las buenas horas, que vivimos juntos.

Y como siempre, al despedirnos, tienes la frase exacta, la palabra perfecta para hacer que mis lágrimas no quemen tanto y el temblor de mis labios se transforme en sonrisa.

Esa sonrisa hermosa de los veinte años cuando ninguno de los dos guardaba, en secreto, informaciones confidenciales sobre el más allá.

Isabel Salas



viernes, 17 de diciembre de 2021

ABRIL AÑIL


Mi cuerpo cumple años; 
Y yo.
Y cada pedacito de mi piel, 
cada gota de miel
de mis entrañas.

Cumplen años
mis pies
y mis pestañas.

Cumplen años mis manos
y mis arrugas,
mis canas 
y mis verrugas.

Mis ojos cumplen años
meses y días.
Corre el tiempo en mi sangre,
y con él,
llegan caños
de dolor y alegrías.

El mes de abril me cumple
y cada año,
cumplo también con él.

Le presto cuentas, 
que a veces son de hiel
y otras de calma
tras las tormentas.

Le cuento como ha sido,
como es vivir
y sucumbir, 
levantarse y caer
amar,
perder, 
ganar, 
ceder.

Cada heridita nueva,
que me dejó el besar,
le dejo ver,
cada arañazo, 
que me trajo el llorar.

 Y los contamos juntos, 
el mes de abril 
y yo, 
discutiendo los dos,
cuales valen más puntos.

Los revisamos
en cada cumpleaños, 
año tras año.

Dos viejos enemigos, 
dos cómplices.

Mutuos testigos
de nuestros desengaños.


Mi mes de cumpleaños, 
mi abril de recontar los daños 
  y poner en papel
los versos que me sobran
escritos con palabras
vestiditas de añil, 
que en mis mares,
zozobran.

Mes de pensar
de amar la primavera que me vio florecer.
De recordar las calles
que me vieron crecer
y sonreir
por las dos hijas
que de mí vi nacer.


Miles de lluvias soplan mis velas.
Y yo
agradezco la vida,
la pasión y las fuerzas
con que  a pesar de todo
enciendo mis candelas,
año tras año
con las llamas añiles
de mis abriles.


Isabel Salas

sábado, 4 de diciembre de 2021

PRIMAVERA



Cada día me gustan más las encrucijadas, esas posibilidades desdobladas que de pronto la vida me regala cuando casi no recuerdo el olor de las sorpresas.

Esos momentos, anticipadores de derrotas aún no nacidas, en que una brisa templada llega desde la esquina del universo que queda justo detrás del valle de las promesas rotas, cerca de los inviernos sin leña, y me rodea como un abrazo.

Cuando el guionista de mi vida recobra su sentido del amor y despliega ante mí un abanico de alternativas repleto de promesas y caminos sombreados por árboles frondosos que esconden una decisión debajo de cada hojita.

La primavera decide disfrazarse de maleteros abarrotados y noches de vino tinto para alterar mi sangre por enésima vez. Calma mi alma sin que parezcan importarle las nuevas arrugas ni las últimas lesiones. Me invita de nuevo a soñar con las alegrías que se esconden en la penumbra de cada nueva curva y cada futura decisión.

Todo es posible de nuevo.

Otra vez es primavera y el regalo es estar vivo para poder elegir.

Isabel Salas

miércoles, 1 de diciembre de 2021

ALGUNAS COSAS


Algunas cosas,
al dejar de doler,
son peor que el dolor.

Son la evidencia 
de lo mortal que es el amor.
De lo letal
que es la traición.

Algunas cosas
cuando no duelen,
matan igual que cuando hieren.

Son una rosa seca 
que ya no huele, 
pero aún así...
saberla muerta, 
duele.

Como el amor aquel
que yo por ti sentía,
que se murió,
matándome un poquito,
cuando aún
dolía.

Isabel Salas