lunes, 26 de diciembre de 2022

MANCHAS MOJADAS

Aunque la lluvia azote a un leopardo, nunca la quitará las manchas

PROVERBIO AFRICANO


Exactamente así me siento mirando hacia atrás, satisfecha con mis manchas mojadas pero indelebles, bastante azotada y un poco leoparda, si es que podemos sentirnos levemente leopardos, como a veces nos sentimos un tanto abejas obreras o un poco sapos de otro pozo. 

En realidad no me refiero sólo a las manchitas de mi piel que todos pueden ver, esas pecas anaranjadas que con las estaciones y los años  cambian a veces de tono o de número. Me refiero también a esas otras manchas que sólo yo sé dónde están y cómo son.

Yo misma las pinté hace mucho tiempo. Para que lo entiendas, te puedo decir que son pinturas de guerra parecidas a esas que habrás visto en alguna película. Se pintan "a dedo", a veces con sangre, a veces con tierra y se suelen realizar cuando por azares del destino algún guerrero o guerrera se  prepara para irse a alguna batalla que requiere su participación o que se le cae encima como un meteorito. 

La pintura ayuda a entrar en el papel en cierto modo. Es en parte un disfraz de camuflaje y en parte un recordatorio de que hay una guerra y no podemos desconcentrarnos. Son el tipo de manchas que se pintan en el alma y que no se borran ni con la lluvia  ni con las lágrimas. Tampoco con la sangre que a veces se derrama hacia adentro cuando las heridas son aparentemente no letales pero mortíferas de maneras inesperadas.

Ahí están, las veo.

Mis pecas nunca me hicieron sentír como un leopardo, pero estas otras manchas sí. Cada día me gustan más y aunque la guerra se acabó, no quiero borrarlas, me gusta verlas ahí, resistentes a tantas cosas y tan brillantes o más que el primer día. Empezaron siendo casi un juego artificioso para darme valor y hoy ya son tan parte de mí como las que tengo sobre la piel.

Ya no hay lluvia que las borre y hoy como tantas veces, un proverbio o un refrán (en este caso africano) sirve para resumir magníficamente un sentimiento o una experiencia vital. Hoy, como Ivy Compton-Burnett, creo que "Un leopardo no cambia sus manchas, ni cambia su sensación de que las manchas son más bien un mérito".

Así las veo hoy, como medallas.


Iabel Salas

sábado, 24 de diciembre de 2022

TENER DESEOS





Tener deseos,
es tener sonrisas preparadas para brillar
cuando llegue la hora.

Son  semillas de alegrías que un día vendrán, 
cuando broten y crezcan
y nadie las aplaste.

Yo tengo muchos, 
deseos no me faltan.
Sólo falta una cosa,
según la norma impone.

Sólo falta la vela
y que al soplar, 
funcione.

Isabel Salas



sábado, 3 de diciembre de 2022

AMOR MUERTO

El amor muere.
Como todo lo que nace, 
tiene su tiempo 
y muere.

Por suerte colapsa, se estropea
y le llega la muerte.
Fenece de pronto 
lo mismo que nació,
agotado, roto, 
sin preguntar, 
sin esperarlo nadie.

Sin  alardes, tranquilo,
sin avisar.

El amor expira
como todo lo que debe morir,
para dejar espacio,
y que otras cosas nuevas,
odios o amores
puedan vivir.

Cuando se acaba la fuerza vital 
que lo dejaba vivo, 
el amor se termina
y es tan triste esa muerte
que se atragantan
 lagrimas y versos por igual, 
en los entierros
de los amores 
muertos.

Isabel Salas
DEL LIBRO
TE CONTENGO



jueves, 1 de diciembre de 2022

MI LETRADA AMADA


 Una rima inusual

dice Tomás que he usado

para el sencillo poema

que a Lucas he dedicado.


Me faltaban las palabras

y me sobraban las prisas

para a Lucas elogiar

entre poemas y risas.


Él merece mis aprecios

mi devoción y homenaje

por mi gran admiración 

al constatar su coraje.


Pero hay quien merece más

y esa es mi linda abogada

que me quiso defender

y hoy es una amiga amada.


Nunca pude imaginar

que apartadas de un proceso

aún pudiéramos ganar.

(Y eso se merece un beso).


Mi abogada y compañera

fue expulsada y silenciada

más sus palabras quedaron

aún estando bloqueada.


Y así fue que mi doctora

altruista y feminista

ganó desde la distancia

como una letrada artista.


Admirable, confiable

optimista, formidable

comprometida y estable

siempre dispuesta y amable.


Sin ella toda mi lucha

habría sido un problema. 

Gracias al triunfo de ella

hoy tenemos un poema.



Isabel Salas💓💓💓



lunes, 28 de noviembre de 2022

LUCAS, TE PASASTE



 Aunque el último llegaste

y un quilombo te encontraste,

en dos días lo arreglaste.

Lucas, ¡genio! te pasaste.


Después de tanto desgaste

mi triunfo sacralizaste,

a dos Felipes quemaste

y a mí me dignificaste.


La ecatombe interceptaste

y mis lágrimas secaste.

Las pruebas examinaste

y sabiamente juzgaste.


Las falacias, las obviaste

y la verdad valoraste.

A mi enemigo cegaste

cuando al fin martilleaste.


Lucas, al mal enfrentaste

y a la perfídia aplastaste

el día que redactaste,

firmaste y ejecutaste.



Isabel Salas 👀




miércoles, 16 de noviembre de 2022

FERICIRE, RECUNOȘTENȚĂ ȘI SPERĂ

 


Se va terminando 2022 y cada vez estamos más cerca de las uvas, los deseos de Año Nuevo y los regalos de Reyes. Estos últimos años están siendo tan densos y raros que sólo el hecho de estar a punto de vivir una Navidad más ya me parece motivo de sobra para celebrar y agradecer.

Nunca imaginé vivir una menopausia apocalíptica y sin embargo aquí estoy, en plena distopía globalista, viendo cada vez menos con mis ojitos cincuentones y viviendo cada vez más con mi cuerpo jaranero y mi mente bullanguera. Os cuento que estoy con el estrógeno y la progesterona por el suelo a causa de la edad y con la adrenalina por las nubes con tanta pandemia, tanto infarto y tanta repentinitis. Osea, jodida pero entretenida,  disfrutando los altibajos hormonales y sus correspondientes escarpaduras y tratando cada día de sacarle el jugo a esta nueva anormalidad repleta de limones inclusivos y con elles, hacer limonades.

Como sabéis los amigos de este blog me gustan los diccionarios y el sonido de las palabras conocidas en idiomas desconocidos, por eso traduje al rumano mi estado de ánimo y lo usé como título para esta felicitación de Navidad tempranera y sincera: Felicidad, gratitud y esperanza. 

Así me siento, feliz por mis millas acumuladas, por todo lo vivido y por las victorias y derrotas que tanto me enseñaron pues con el tiempo he aprendido que ambas son igualmente didácticas. Agradecida por mis hijas, mi compañero, mi yerno, mis amigos y por todos los seres a los que amo o que me aman, esos seres queridos sin los cuales la vida no tendría pelos de gato ni  mensajes que suenan a las tres de la mañana. 

Y flotando encima de todo, como un papel celofán envolvente y ruidoso, se encuentra la esperanza, pero no una esperanza cualquiera, sino definida como lo hace el diccionario, es decir, como ese estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible aquello que deseamos. Maravilloso. Que sea posible, que de verdad pueda ser y sea.

Que realmente pueda suceder y suceda eso que tanto anhelamos.

Sé muy bien que no siempre querer es poder. Soy especialista en fracasos, y he tenido que aprender a vivir con demasiadas frustraciones. Sin embargo, tantas decepciones no han perjudicado mi capacidad de desear (gracias a Dios).  Por tanto, mi deseo para este fin de año es, en primer lugar, que tú que me lees sepas convertir tu esperanza en un motor voluntarioso que te mueva e inspire para lograr tus aspiraciones. En segundo lugar que tengas muchas cosas que agradecer ahora y en el próximo año y por último, lo más importante, que seas y estés feliz.

Que a pesar de lo mucho que nos toman el pelo las farmaceúticas, los gobiernos, los políticos y los catastrofistas del clima, tú consigas encontrar la felicidad y atesorarla. Osea, que tu ánimo sea el de quien se siente plenamente satisfecho por gozar de lo que desea o, como dice la rae,  por disfrutar de algo bueno.

No hagas caso de esos que dicen que lo bueno y lo malo son conceptos relativos. Sabes como yo que eso es mentira, lo bueno brilla, trae paz y nos hace sentir vivos y plenos. Lo malo es lo contrario.

No nos dejemos engañar, creamos en lo que nuestro corazón nos dice, hagamos caso a nuestra intuición y celebremos la oportunidad de vivir cada día en esta época apasionante. 

Sin duda es un privilegio. 

Drumul este frumos: El camino es hermoso.


Isabel Salas




sábado, 12 de noviembre de 2022

ROSA BAILA



Hay rosas 
que engalanan jardines,
hermosas, perfumadas
bellas y dichosas.

Ancladas en la tierra, 
abren sus corazones
y nos perfuman
días y noches
con sus canciones
hechas de aroma.

Y hay otras con tacones
y flores en el pelo.

También son elegantes

repletas de pasión,
preciosas y vibrantes.

Desnudas 
o cubiertas de brillantes,
también se abren.

Vuelan en los tablaos
y salen desde el suelo
convertidas en fuego.

Los convierten en cielos

y allí abren su alma
sus venas, su sonrisa
y un manojo de penas
que perfuma la brisa.

Y vuelan.

Como vuelan las rosas
cuando vuelan.

Y ruedan
con sus llamas de baile,
y nos queman.

He visto una, 
se llama Rosa
y ella no baila poemas.

Estuve muy cerquita
y pude ver
que es la Poesía entera
que baila  hecha mujer,
enredada en sus flecos
y en sus volantes,
de puro arte.


Isabel Salas











sábado, 5 de noviembre de 2022

SI PUDIERA











Si te pudiera decir lo mucho que te amo, te contaría como imaginé miles de veces hacerme vieja a tu lado y como dormiríamos abrazaditos hasta que uno de los dos se fuera.

Te volvería a cantar aquellas canciones que cantábamos en el coche volviendo de la playa y te pediría que me contaras de nuevo aquel chiste sobre el borracho vasco y el robo en la joyería. 

Si te pudiera decir lo mucho que aún te quiero, a pesar de todo lo que pasó desde nuestro último beso, te diría que no olvidé nada tuyo, ni la forma de tu boca, ni el tacto de tus manos, ni el olor de tu piel, ni como mis labios se deslizaban sobre ella cuando te besaba todos los milímetros cuadrados y te recorría como si yo fuera un tren ruso y tú, esa vía transiberiana que junta lo posible y lo imposible como una cicatriz de mapa del tesoro.

Si pudiera, me gustaría decirte que me quema saber que eres feliz sin mí, pues yo no pude aprender a serlo completamente al faltarme tú. Soy feliz a cachitos, a momentos, a empujones, pero no a tsunamis como era la felicidad que me inundaba, apenas por ir contigo de la mano.

Te diría que a tu lado todas las películas me gustaban, me apetecía cantar todas las canciones y todos los helados me parecían igual de apetitosos. Ahora necesito determinadas películas, algunas canciones y sabores concretos de helado para que mis sonrisas se parezcan a aquellas que  brotaban a tu lado como el sol lo hace cada mañana, inevitable y sin pedir permiso.

Te diría que aún te quiero porque no supe dejar de hacerlo y aunque no espero que saberlo te haga volver a quererme, sí me gustaría que lo supieras, como yo sé que las ballenas emigran hacia el sur y no por eso espero que me visiten.

Me gustaría decirte que creo que te perdoné o al menos lo intenté y que mi amor sigue aquí, intacto, sagrado, inmortal, lo desees o no, lo correspondas o no.

Que mi amor por ti, es mío.

Es libre, es eterno y está vivo. Me habita, me acompaña y cada día, antes de dormir, me da un beso  de buenas noches.

Isabel Salas


martes, 1 de noviembre de 2022

ORATE


Para escribir 
hay que pagar peaje,
hay que saber llorar 
y herir.
Tienes que desprenderte del honor
y reducir a nada 
tu equipaje.

Para poder morir dentro de la poesía
y renacer 
en cada uno de sus versos,
no bastan el valor y la osadía,
hay que estar loco, 
ser orate,
capaz de desangrarse poco a poco
mientras naces de pena 
y mueres 
de alegría.

Para ser loco como tú
y conseguir 
el titulo de ido,
hay que estar más demente 
que chiflado,
y saber ser siempre
más duro que clemente,
después
de haber sufrido.

Hay que querer morir 
con el ajusticiado,
respirar el veneno del olvido
y nacer trastornado
cuando tu musa vuelve 
del infierno
y se duerme a tu lado,
feliz,
besándote sin ruido.  

Isabel Salas
 Poema ORATE
Del libro TE CONTENGO















































































































viernes, 21 de octubre de 2022

Él, ELLA Y LA OTRA


Después de haberlo pensado mucho, decidió que ella no era lo que él merecía. A pesar de tantas bellas canciones compuestas en su honor y de tantas noches de amor y risas, ella no era exactamente lo que él, en el fondo, deseaba.

No fue un impulso, se tomó su tiempo para tomar la decisión y fríamente actuó en consecuencia tras semanas de reflexión. Pasó horas sopesando pros y contras hasta que estuvo lo suficientemente seguro de estar haciendo lo que más le convenía, entonces sí, sin dudarlo más, escogió a la otra con determinación.

No fue difícil en realidad, colocó razón y corazón en la balanza, analizó bien y eligió lo que le pareció la opción más viable, la apuesta más segura. Estaba satisfecho, seguro, decidido y empezó a dedicarle a la otra sus canciones y sus desvelos. Era con la otra que hacía planes y hablaba de compromiso embargado por la alegría del plan perfecto. Poco a poco la otra fue tomando el lugar que ella siempre había querido y él estaría feliz a no ser por un pequeño detalle, algo mínimo falló en su plan: le faltó valor para decirle a ella que no quería seguir.

No quería decir en voz alta las palabras que rompieran la cuerda invisible, así que simplemente, esperó a que ella misma descubriese que la otra existía. Al principio incluso se hacía el ofendido cuando ella lo acusaba de tener otra. Dignamente fingía enojo y tristeza por la desconfianza inmerecida, negaba las evidencias y seguía jurando que ella era la única mujer que habitaba en sus pensamientos y en sus canciones.

Y ella lo creía.
Había nacido para creerlo y todo lo que él alegaba cuando negaba sus acusaciones de mentiroso o traidor, ella lo creía. Sabía en el fondo de su corazón que mentía, pero el deseo de creer era tanto, la necesidad de creerlo tan grande... que se obligaba a sí misma a aceptar cada mentira y cada disculpa. 

Llegó al extremo de sentirse mal consigo misma por su suspicacia. Se despreciaba por no saber confiar en su amado y para reatar los nudos deshechos por sus recelos escuchaba sus canciones cuando él no estaba. Ponía los discos y se dormía oyendo su voz cantando las canciones que le había compuesto con tanto amor.

Así fueron pasando semanas y semanas hasta que un día, accidentalmente, la verdad flotó desde el fondo del lago, se abrió camino y dulcemente, sin alardes, se acercó flotando hasta donde ella estaba.
Por un instante, ella, la miró incrédula pensando que era un error, algo que él podría explicar como tantas veces, pero no, esta vez él no lo negó, confesó que sí que eran así las cosas, que la otra existía y era la reina de su corazón.

Ese día ella aprendió algunas cosas sobre el organismo humano que ignoraba por completo, descubrió que el corazón se puede vaciar de sangre, consigue dar algunos pasos hacia atrás y abrir la boca para gritar. 

Gritar y gritar por horas y días, sin horario y sin consuelo.
Ella aprendió que dormida o despierta aquellos alaridos internos se escuchaban en todos los rincones de su cuerpo y hacían que la sangre corriera presurosa tratando de calmar de alguna forma a las células en pánico.

La sangre se deslizaba por las venas en una carrera desquiciada por atender las demandas de aire y de consuelo de los tejidos desgarrados, los pulmones lloraban, el corazón gritaba, el alma encogida y asustada no decía nada y ella simplemente intentaba no ahogarse pues desde el primer segundo en que él se alejó, el agujerito de entrar el aire se había estropeado y ya no funcionaba. Respiraba a media asta y trataba de imaginar lo fácil o difícil que sería simplemente para de hacerlo, se preguntaba si dolería más vivir que morir.

Estaba triste.
Muy triste.
Muy sola y muy triste.
Tan triste, y tan sin aire que no era consciente de como su resto de vida pendía de un hilo.

Una madrugada a las 3:59 se puso a intentar recordar la canción que él le había compuesto en un viaje que habían hecho hacía mucho tiempo. Juntos habían atravesado un bosque en penumbra y él había compuesto una bella canción sobre perder el miedo y lanzarse a sus brazos sin miedo y sin dudar. Trató de recordar aquellas palabras que un día la hicieron brillar y no pudo.

Se habían borrado.
No estaban.
Intentó, desesperada, tararear la música sin letra.
Tampoco le salía.

Y entonces su corazón aprendió algo que no sabía sobre el organismo humano: aprendió que a veces las bocas humanas dan un paso atrás, se abren para gritar y en vez de emitir, omiten, y en vez de sacar el aire lo meten hasta el centro del pecho y es allí que explota el universo y se escucha el dolor más dolor que se puede escuchar sin morir de dolor.

Asombrado, el corazón, interrumpió su propio grito para escuchar, no sin cierta reverencia, al otro, la sangre interrumpió su carrera y los pulmones cesaron el llanto. Todos se detuvieron para escuchar.

Tan detenidos.
Tan sin ganas de arrancar de nuevo, que no arrancaron. Se quedaron así paraditos, agotados, destruidos, abrazando la muerte con alegría.

Desde fuera, la mujer que ya no era la ella de él, sino sólo Natalia, recuperó su identidad para morir consciente y poder así dedicarle a él su ultimo pensamiento. Lo imaginó feliz, con sus gafas de sol y su guitarra, caminando hacia ella, envuelto en luz azul, cantando esa canción tan bella que le compuso  después de atravesar el bosque.

Que bella letra, que hermoso todo. Y lo mejor...
En aquel último pensamiento no había otra, sólo él regresando hasta ella.

Y ella no se moría.

Isabel Salas


Relato del libro NAVAJA DE LLAVERO




martes, 4 de octubre de 2022

GACHUPINES



Una greñuda auto ayuda,
(supuestamente poética),
impertinente y bocuda,
exegética y patética,
campa en los campos sin fin
del poema gachupín.

Insultos y palabrotas,
improperios que, a destajo,
chorrean en cuentagotas
junto a cualquier latinajo,
del que poeta esté afín
para añadirle estopín.

Consejos indeseados
pareceres aburridos
opiniones y recados
resuenan como chirridos.

Poemas insoportables
que nos hieren los oídos,
discursos indeseables,
reflexiones,
pedantes definiciones,
basuras indefensables.

Así es la nueva poesía
que nos ha impuesto la joda.

Como cualquier otra moda,
ya que tanto me incomoda,
espero que pase un día.

Isabel Salas






lunes, 3 de octubre de 2022

AVE DE PASO


Ave de paso soy,
sin prisa ni retraso.

de cielo en cielo voy,
sin temerle al fracaso

Y me lo dices tú,
árbol de viento,
molino cuyas aspas
ignoran lo que siento.

Nada de mí conoces.

Apenas imaginas
la fuente de mis goces,
o el grado del seísmo
que me dejó en ruinas
al borde del abismo.

Y tus ramas me espantan 
en lugar de abrazar.

Tus hojas son de acero
y me avisas, sincero
que me pueden cortar.

Eres árbol arisco, 
 tronco huraño.
Tu gesto es montaraz
sin el brío de antaño.

Corazón inflexible
coraza impenetrable.

Un galán indomable
que se niega a ser nido
de mi vuelo sensible.

Y así, cierras la puerta,
el alma y la ocasión
de ser árbol de nido.
e ignoras mi pasión.

Y yo, 
ave que pasa 
solitaria y exhausta,
detengo mi volar por un segundo
para admirar la palma de tu mano,
que se negó 
cargada de razones,
a ser mi mundo.

Isabel Salas

sábado, 1 de octubre de 2022

ALEATORIEDADES



Algunas cosas pasan a la luz del día y otras a plena luz de la noche.


Las hay que pasan desapercibidas y otras que llaman la atención de todos, incluso, aunque no existan.

Muchas suceden entre cuatro paredes y otras, magníficas, sólo entre tus brazos. Cosas que no deberían de haber pasado y otras que desearíamos que pasaran y rezamos para que así sea. Algunas que a nadie importan, y que aún así, se meten en las conversaciones de las vecinas chismosas y unas cuantas que pasan tan a las claras que todos se deslumbran y ni las ven.

Las hay que pasan lentamente, como los días sin ti y las que lo hacen a la velocidad en que la limonada baja por la garganta en días de verano. Rápida y mística, haciendo que te quieras hincar de rodillas ante el altar del Dios del hielo.

Cosas que me pasaron contigo y otras que sucedieron cuando ya te habías muerto, (ido, callado, mudado, casado) y tengo que contártelas de noche, en mis sueños, llorando a veces, imaginando que me oyes.

Me pasan cosas imposibles de creer y otras tan absurdas que ni merece la pena contarlas. Coincidencias increíbles, misterios insondables, enamoramientos inexplicables, deseos inconfesables, hambres incontrolables, ganas de reír, de llorar, de morir, de vivir, de parar, de parir, de seguir, de sembrar, de dormir, de escribir o de mirar por la ventana esas ramas mecidas por el viento.

Tan dulcemente.
Tan hojas vivas, tan juguetonas, tan llenas de susurros, tan esperando la lluvia,  tan del agrado de mi gata.

Pero llega gente, me traen regalos o noticias, y hacen que tenga que alejarme de la ventana. Gente que me cuenta chistes, me distrae, me enseña nuevas recetas de buñuelos o comparte secretos conmigo que preferiría nunca haber escuchado.

Hay hombres que me tocan la guitarra para enamorarme y otros que me tocan las tetas para calentarme. Algunos fingen que me desean para tratar de conseguir algo de mí y otros que no me quieren aunque sus manos y sus ojos me coman viva.

Hay momentos de paz y otros de guerra, de recapitular, de quemar naves, de rendirse, de construir, de decidir, de destruir, de irse, de posponer, de llegar, de bailar, sacarse el carnet de conducir, de beber, de descansar, de discutir, de arreglar el armario, de limpiar las ventanas o de hacer sexo oral.

De alejarse.
De volver.

De arrepentirnos, de pedir perdón, de pedir permiso, de pedir la vez en la fila, de pedir favores y de imponer.

De mandar flores o de  mandar a la mierda.

De dar la mano, de dar la razón, de dar por bueno lo nefasto, por perdido lo que no nos ama, de dar las gracias o de dar la enhorabuena. De hacer la cama o de deshacerla hasta sacarle sangre, de hacer bizcochos y de hacer oídos sordos.

Así es la vida, una sucesión de anécdotas, de comidas, de actos, de canciones, de risas, de orgasmos, de frases, de viajes, de poemas, de besos, de maletas, de gatos, de ginecólogos, de bibliotecas, de señas de wifi, de pediatras, de colores para las uñas, de abrelatas.

Y así son las cosas.
Aleatorias.

Como el baile de las hojas de la ventana, como la vida.
Como las caricias de mi gata.

Tan impredecibles.

Isabel Salas




miércoles, 21 de septiembre de 2022

TRISTEZA

 
Que triste es mi tristeza a veces,
incluso sin trigales o sin trigo
y sin los tres putos tigres.

Estando sola 
o contigo.

Pura tristeza triste.
Pesarosa melancolía a secas,
daño infringido a pedacitos míos
arrancados a uña.

Triste tristeza mía teñida de negrura,
de muecas huecas
que el desaliento acuña.

Tristeza letal
que atora el canal de respirar 
dejándolo chiquito,
 convirtiendo en deporte radical
la acción tradicional 
de resollar.

Que triste es
estar tan triste así, tan triste y gris,
tan afligido,
tan aquejado y tan de luto.

Tan compungido,
sintiendo honda la mordida
de un dolor tan puto.

Tanta melancolía
 hace que esta tristeza mía
contamine el mar 
y azul mis ojos.

Hace que infecte el aire
que sale de las penas 
pasando por mi boca
arrastrando despojos,
cocinando dolores
y quemando 
rastrojos.

Triste tristeza trigueña
de tigres glotones
que sirve para hacer trabalenguas
sobre mujeres, hombres o niñas,
declamando corrido
o a tropezones.

Isabel Salas





sábado, 17 de septiembre de 2022

DECÍAS


Yo no miento
-decías-
Soy siempre sincero
-decías-
Digo lo que siento
-decías-

Yo te quiero
-decías-
Nunca hablo con ella
-decías-
Eres mi lucero
-decías-

Sólo a ti escribo
-decías-
Sueño con tus besos
-decías-
Que dudes prohíbo
-decías-

Ves lo que no existe
-decías-
Imaginas cosas
-decías-
Acaso bebiste
-decías-

Sólo a ti te canto
-decías-
Eres mi futuro
-decías-
Sécate ese llanto
-decías

Y sequé mi llanto
y creí en tus ojos
y llegó el espanto
de saber que en todo
promesas, encantos
canciones 
y cantos
-mentías-
-mentías-
-mentías-

Isabel Salas

viernes, 9 de septiembre de 2022

SOÑANDO EL AMOR




Los grandes amores no se merecen. Los grandes amores se conquistan, se lucha por ellos sin excusas ni dudas y poco a poco, centímetro a centímetro, se gana uno el derecho de vivirlos en plenitud.

No son para cualquiera los grandes amores. Son, simplemente,  para los que no tienen miedo de amar y no se escudan en miles de disculpas del pasado para justificar su falta de valor. Son, en definitiva, para los que saben que el corazón se cura porque está vivo y todo lo vivo encuentra la manera de seguir viviendo aunque lo aplasten y lo troceen cientos de veces.

Por eso, por estar viva y ser valiente es que pude amarte y por eso mismo es que tú, ni pudiste ni quisiste amarme a mí. Por eso yo pude enamorarme de ti y tú sigues enamorado del amor esperando que así, te llueva uno que te moje hasta los huesos.

Tú miras el mar buscando consuelo para tu soledad y yo, ya me saqué casi toda la arena de los zapatos. No toda, reconozco que aún quedan algunos granitos que incomodan al andar, me queman la piel, la hieren, la arañan a cada paso que me aleja de ti haciéndome sangrar, pero estoy andando y mirando al futuro mientras tú sigues ahí, sentado y solo en la misma piedra donde te encontré.

Anclado, varado, mirando al pasado.
Soñando con un gran amor.

Isabel Salas



jueves, 1 de septiembre de 2022

PEDRO SE FUE




Nadie supo nunca 
porqué  Pedro se fue, 
ni a dónde,
ni cómo,
ni con quién.

No dijo nada,
nada explicó,
se fue sin ropa y sin maleta,
a nadie dijo adiós.

Nadie lo espera 
después de tantos años,
olvidaron el nombre 
de quien los traicionó.

Él piensa a veces
en lo que atrás dejó
sus hijos, su mujer,
su madre, su ciudad
y siente por momentos, 
ganas de regresar.

Le faltan las palabras
para explicar su marcha
o pedirles perdón.

Desiste del regreso,
continúa su huida,
sacude los recuerdos,
y regresa al camino
persiguiendo otra vida.

Isabel Salas