Así es el pobre Rodrigo,
tan inmoral, tan bruto,
tan puto, tan moñigo.
Un necio tragavirotes,
bobalicón lechugino
escarnio de los zelotes,
cantamañanas dañino.
De niño, un lerdo cretino
arrogante, malicioso,
barriobajero mocoso
y eterno zangolotino.
De adolescente, un rufián
un pertinaz zurumbático,
un berzotas haragán
y un estulto sistemático.
De grande, un vil badulaque
un cebollino pazguato,
un gilipuertas jicaque
y un cenutrio mojigato.
Así es el pobre Rodrigo
el mediocre mentecato
al que desde aquí, bendigo.
Isabel Salas