Pensaemas

lunes, 18 de enero de 2016

POBRE LOBO



A veces se siente desesperadamente solo en ese mundo hostil rodeado de ovejas aburridas y sumisas. Busca otros lobos entre el rebaño para poder tener un amigo, alguien con quien jugar y correr....pero es difícil. Los pocos lobos que hay viven como él, intentando disfrazarse de cordero para no llamar la atención de esas ovejas crueles y vengativas que odian la fuerza y la valentía.

Las odian porque son cualidades que admiran desde su acomodada inercia de rebaño correctamente pastoreado, y el odio de los débiles es mortal.

...Pobre lobito.

Isabel Salas

martes, 12 de enero de 2016

TE MIRO


Con mis ojos abiertos te veo grande, 
pero cuando los cierro hago un milagro.
Vuelvo a verte chiquita, te cojo en brazos.
Te canto musiquitas.



Con mis ojos cerrados te siento mía,

pero cuando los abro, hago un esfuerzo
para verte mujer y abro mis brazos
que te vieron crecer.

Con mi mente consciente te dejo ir,
corto todas las cuerdas para que vueles.
Te imagino cometa bailando libre.
Ha llegado la hora, debes partir.



Y otra vez la palabra ...

partir de parto, partir de ir.
La palabra tremenda que me partió dos veces,
que siempre que aparece me parte en partes.
En dos, cuando naciste para que tú salieses.
Y ahora....que te vas,
para dejarte ir,
me parte en mil.


Isabel Salas





domingo, 3 de enero de 2016

jueves, 31 de diciembre de 2015

2016


Pocas veces he sentido el portazo que da un año al cerrarse como estoy sintiendo este, y me gusta. Es un ruido bonito, mezcla de baúl de desván con piedra de pirámide cuando se corre, y al acoplarse, sella todas las salidas con su nube de polvo milenario.

Ha sido un año lleno de cosas muy bellas y otras feas, de pequeños triunfos y grandes fracasos, de algunas verdades hermosas y de un buen manojo de mentiras crueles.

Ha habido tiempo para besos, para abrazos, para sonrisas y horas de lágrimas, rabia y desilusión. He vuelto a aprender cosas que había olvidado y que no eran como montar en bicicleta, eran más difíciles y tuve que empezar de cero. Decepciones con parientes o con personas que prometen cosas que no pretenden cumplir, y por otro lado, gratas sorpresas con otras que aparecieron de "la nada" y me han salvado la vida, con sus palabras y su apoyo cuando realmente sentí que no podría seguir ni un centímetro más.

En los últimos días hice una limpieza exhaustiva en todos los sentidos y he decidido lo que me acompañará en las próximas horas cuando entre de lleno en este año que acaba de empezar. Sé que será un año lleno de novedades, cambios y desafíos, y sé que he escogido bien quién o qué me llevo y quién o qué, se queda tras esa puerta que las doce uvas acaban de cerrar.

Saludo el 2016 con alegría, un año más de vida, con todo lo bueno que la vida trae siempre alrededor, sabiendo que habrá también cosas no demasiado buenas y otras francamente malas porque así es la vida, completa y llena de caras.

Si mi abuela querida estuviese viva, este año cumpliría los cien años. Es en ella en quién pensé hoy al tomarme las uvas escuchando la risa de mis hijas después que mi madre dijo al terminar los cuartos: "Ya empieza, que nadie se ría".

A pesar de las risas conseguimos comernos las doce uvas y nos abrazamos para desearnos felicidad, y es con el calor de ese abrazo en el corazón que me senté a escribir mi carta de bienvenida al Año Nuevo que acaba de abrir sus puertas.

A todos los que vistan este Blog, a los que me acompañan en FB y especialmente a los que compraron o regalaron mis libros, mi  más sincero agradecimiento y los mejores deseos para los próximos meses.

Bienvenidos a 2016, aquí los canarios continuamos siendo los héroes.

Isabel Salas