El amor muere.
Como todo lo que nace,
tiene su tiempo
y muere.
Por suerte colapsa, se estropea
y le llega la muerte.
Fenece de pronto
lo mismo que nació,
lo mismo que nació,
agotado, roto,
sin preguntar,
sin preguntar,
sin esperarlo nadie.
Sin alardes, tranquilo,
sin avisar.
El amor expira
como todo lo que debe morir,
para dejar espacio,
y que otras cosas nuevas,
odios o amores
puedan vivir.
Cuando se acaba la fuerza vital
que lo dejaba vivo,
el amor se termina
el amor se termina
y es tan triste esa muerte
que se atragantan
lagrimas y versos por igual,
lagrimas y versos por igual,
en los entierros
de los amores
muertos.
Isabel Salas
DEL LIBRO
TE CONTENGO
muertos.
Isabel Salas
DEL LIBRO
TE CONTENGO