Ya no lamentes más haberme herido.
De nada sirve ya,
pues tanto me expulsaste
que por fin,
después de desistir,
derrotada,
me he ido.
Ganaste.
Puedes vivir tranquilo
en tu mundo de nubes.
Sigue fingiendo amor,
y acunando querubes.
Deja de pretender
que te causa dolor
el dolor que me causas
y deja por favor
de fingirte confuso.
Ya nada creo de ti
ni de tu amor pañuso.
Ya deja de llorar por tus errores,
deja de lamentar
las promesas que rompes,
las promesas que rompes,
deja de ser el niño acongojado
que pretende curar
las heridas con flores.
las heridas con flores.
Nunca más creeré
que te lastima herirme.
No me apenan tus lágrimas,
ni me preocupa más
saber que harás
saber que harás
después de irme.
Jamás te vi cumplir con tu palabra,
Quieres tapar ofensas
con ñoñeces,
con ñoñeces,
darme pena
y hacer que vuelva a ti
y hacer que vuelva a ti
al igual que otras veces.
Se terminó,
me fui,
no hay más.
Sigue gritando o calla
a mí ya no me importa,
aprendí y acepté
que perdí la batalla,
me alejo de tu lado
y tiro la toalla.
Isabel Salas