Cada vez estoy
más seguro de que los mejores escritores contemporáneos se encuentran
escondidos tras los nombres de “Independiente” o “Novel”, y cuando llegan a mis
manos joyas como la que compete a este análisis/crítica, esa seguridad se
transforma en orgullo de literato.
Antes de empezar
este análisis hay que aclarar algunos puntos. No soy un acostumbrado de los
cuentos, sino un lector más afín a las novelas, mientras más complejas y
entrelazadas mejor para su servidor; también rehuyo a las obras “realistas”, o
el mal llamado “No-fiction”, pues mi corazón siempre le ha pertenecido a la
Fantasía, la imaginación exacerbada de universos ajenos al nuestro. Es por esto
que me entrego como mero lector, ajeno tanto al género como al tipo de relato,
para analizar una obra que a mi parecer me ha revivido aquel gusto de infante
por las letras cortas.
“El Canario y la
Máquina de Coser” es un recopilado de cuentos y prosa poética, de la pluma de
nuestra amiga Isabel Salas, de escritos ya distantes en el tiempo
que se acumulaban lejos de la conciencia del mundo literario, solo para ojos de
su familia y amigos.
Uno podrá decir
que Latinoamérica es cuna de cuentistas grandiosos, y es cierto si
desempolvamos a Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Gabriel García Márquez, y mi
personal favorito Horacio Quiroga; pero pocos “nos” hemos molestado en mantener
esa flama encendida del Boom Latinoamericano. Varias veces he criticado la
falta de simbolismo, metáfora y alegoría, en lo que era nuestra bandera para el
mundo; y es por esto que choqué bastante al inicio con esta obra, pues pintaba
de realismo directo (y varios de sus cuentos lo hacen), pero me
enorgullece decir que me equivoqué en tan cerrada idea, y veo la luz que brilla
tras estas hojas.
Pero dejemos de
lado el tono rosa y emotivo, y hagamos un análisis objetivo como debe ser.
- Trama y Argumento.
Un cuento es muy
diferente a una novela. En las historias largas tratamos más los aspectos
internos de los personajes, su evolución y emociones; pero en el cuento no hay
tiempo ni líneas para algo tan complejo, en lugar de eso nos centramos en la
historia, el proceso y avance hacia un objetivo o enseñanza.
El primer punto
es la Trama, y le acompaña el Argumento. La mayoría (sí, la mayoría) de los
cuentos en este recopilado son de corte “corazón” (erótico, sexual, romántico,
despecho), en especial las prosas poéticas, que a nada están de llamarse poesía
de no ser por las estrictas normas del verso, y que la autora nombra de manera
exquisita “Pensaemas”. Con esto nos quitamos la idea de “obra infantil”, pues
la casi totalidad de estos escritos no tienen ni la mínima intención de hacer
dormir a los niños, y serán de particular gusto para los adultos que no suelen
contar sus vivencias personales, pues este libro lo hará por ellos.
Cuentos como
“Estrellas Chinas” que nos narran el avance a una noche anhelada, y el paso a
paso de una situación entre divertida y deliciosa. “Nadando en los poemas”, que
poco deja a la imaginación del que sabe de símbolos; “La última mariposa”, que
nos recuerda de amores distantes en años y kilómetros. Muchas obras distintas
con un mismo objetivo, hacer temblar al corazón.
Pero no solo
encontramos roces a nuestro deseo, también encontramos relatos que pueden ser
confundidos con literatura para niños, pero con enseñanzas que los más adultos
agradecerán. Relatos como “El Canario y la Máquina de Coser”, que le da el
nombre al libro, y abre con una moraleja que a su servidor le hacía falta
escuchar. “Muerte Instantánea” y “Siempre el primero”, historias que aunque
cortas, nos hacen sentir en el alma una lágrima corriendo, y un agradecimiento
con la autora. Son estos relatos los que me hicieron recuperar la esperanza del
simbolismo perdido, la mayoría impregnados con metáforas fáciles de entender, y
que recomendaré ampliamente para los que inician en este mundo de moralejas.
Pero el tema, las distintas tramas cortas, y los muy bien enlazados argumentos no son lo que más me llamó la atención, ni de lejos lo que más hace a su autora tan reconocida en tan poco tiempo. Es su estilo.
- Estilo Narrativo.
El Estilo
Narrativo es una característica que se suele tomar muy a la ligera, pues bien
se dice “prefiero mi arte a tu arte”, y el “cómo” se escribe suele ser gusto de
cada quien. Pero hubo un tiempo donde el estilo era vital, en especial durante
los tantos Romanticismos de Europa, cuando los escritores se unían bajo
estandartes, y en lugar de nombres recordamos épocas o lugares. Hoy en día los
autores pecamos de soberbia, y cada uno de nosotros tiene “su arte”, siendo el
estilo propiedad intelectual incluso; esto nos ha obligado a dejar el “Estilo
Narrativo” de lado, pues a los miles de estilos distintos es imposible
clasificar, y preferimos temas o formas.
Pero no aquí,
porque es el Estilo de Isabel Salas lo que levanta su obra por sobre todas las
demás.
En términos
técnicos, la autora usa un Narrador en segunda persona, participativo, algunas
veces en forma de recuerdo, y otras en forma de charla. El lenguaje es
coloquial, quizá el más coloquial, familiar e informal que jamás haya leído.
Sencillo de entender, y más participativo que demostrativo, ayuda tanto a
lectores como no lectores para explicar su argumento.
Ahora regresemos
al tono rosa de su servidor. ¿Recuerdan esa sensación cuando están con un amigo
o amiga, disfrutando un café caliente en una fría tarde de invierno, sentados a
la mesa de su sitio favorito?, ¿recuerdan esas charlas de café sobre
situaciones divertidas o acusadoras, de lo que compete el día o sucedió el
anterior, riendo o llorando, dando imaginación al relato de su amigo e incluso ahogándose
con un sorbo mal temporizado con una ocasional risa?. Espero que sí, porque
esto es lo que sentí cuando leí a Isabel Salas.
El estilo
narrativo de la autora es único, porque al fin encontramos en esta generación,
después de tanto rebuscar en los autores contemporáneos, una narración como la
cuenta un amigo. Una cosa es un escritor que carezca de educación literaria y
crea que escribir con su mal vocabulario es darse a entender, y otra una
persona, que con alma literaria, en efecto se de a entender con un lenguaje tan
común como amistoso.
Véase a su
servidor, un ajeno completo de los cuentos y aversivo de la literatura
realista, que ha leído todos y cada uno de estos escritos con una casi
inexistente fantasía, sentado casi sintiendo a la autora de frente, relatándole
una graciosa anécdota de su pasado, mientras un leve estornudo me hizo reir con
el café en la nariz. Si esto hizo con un crítico de su género, podrán
imaginarse lo que hará por los ansiosos de una obra similar a las cortas
latinas de la década pasada.
- Simbolismo.
Es difícil hablar
de simbolismos cuando se trata de literatura realista, en especial en cuentos y
prosas, algunas eróticas, que prefieren dejar todo al descubierto, y poco les
importa jugar con la imaginación del lector. Pero hay algunas obras, muy pocas,
contadas; que Isabel maneja con exquisita metáfora, y moraleja sublime.
Quizá el que más
me gustó fue el que dio nombre al recopilado. “El Canario y la Máquina de
Coser” es uno de los cuentos/fábula más hermosos que he leído, pues a ojos de
recuerdo de un niño, me hizo ver la lucha por cantar más alto, más fuerte, más
rápido.
Casi no procuro
cuentos de este tipo, y los que me conocen darán fe de ello con bibliotecas de
Poe y Lovecraft, con pluma fría en descriptivas y cálidas en emociones; pero
son cuentos como estos los que calientan la tinta, y reabren los ojos ante
enseñanzas que creíamos perdidas.
“Pérdida de
inocencia”, “superación”, “nostalgia”; son estos y muchos más temas los que
encontré escondidos entre las letras de esta obra, en metáforas tan familiares
como hermosas, cuyas lágrimas son testigos del toque al corazón de un servidor.
Con esto espero
haber dado una idea clara de lo que es “El Canario y la Máquina de Coser” de
Isabel Salas, una autora que se levanta, con un estilo único como todos los
escritores, que espero brille para las siguientes épocas.
Y un obligatorio
en mi biblioteca.