viernes, 28 de junio de 2024

TE CONTENGO

 


"Te Contengo" es un viaje íntimo a través de las emociones más profundas y humanas. Nos ofrece una colección de relatos y poemas que exploran el dolor, el amor, la pérdida y la redención con una honestidad cruda que no deja indiferente. Lo que hace especial a este libro es su capacidad para resonar en lo más profundo del lector, ya que cada página parece estar escrita desde un lugar de verdad, donde los sentimientos no se esconden detrás de metáforas complejas, sino que se presentan desnudos y palpables.

La lectura de "Te Contengo" puede ser transformadora, porque Isabel Salas logra capturar esos momentos en los que la vida duele, pero también aquellos en los que la belleza y la esperanza se encuentran en las pequeñas cosas. Los lectores encontrarán en este libro un espejo para sus propias experiencias, un espacio seguro donde reconocer sus miedos, sus anhelos y sus victorias cotidianas.

Además, este libro aporta algo esencial en tiempos de desconexión: la sensación de ser comprendido. Al leerlo, no solo te sumerges en la mente y el corazón del autor, sino que también te descubres a ti mismo en sus palabras. Isabel te invita a mirar más allá de lo evidente, a sentir más allá de lo inmediato, y a encontrar consuelo en la idea de que no estás solo en tus emociones.


viernes, 21 de junio de 2024

FÁCIL

Tan fácil
 como cerrar los ojos
y dejar que navegues en mis pestañas,
con los otros indios,
es navegar en mí
cuando descorro  mis cerrojos
y los abro
para ti.

Isabel Salas

martes, 11 de junio de 2024

POR SUPUESTO ERES TÚ.




Podría decirte que no eres tú, que soy yo. 

Decirte que nada hay en ti  que me impida quererte, que eres un hombre magnífico en todos los sentidos y que cualquier mujer estaría orgullosa de compartir su vida contigo. Podría decirte, incluso, que hay algo en mí que me impide quererte, que debo ser idiota porque otra explicación no tiene que yo deje  pasar esta oportunidad de oro que la vida me regala trayéndote hasta mí.

Podría decirlo y parecería verdad, pero una verdad hueca, simplemente una cascarita de verdad, frágil y llena de eco, pues la verdad maciza es que yo no tengo la culpa de no amarte y no sé por qué no puedo decirte que simplemente no te quiero sin temor, a que con más de cuarenta años, reacciones como un niño llorón y trates de hacer que yo me sienta mal por herir tus sentimientos.

Creo que si aún no aprendiste a  gestionar la realidad tienes un gran problema y se nota de lejos que estás acostumbrado a que tu mamaita y tus ex novias te adornen las verdades para que no sufra ese corazoncillo blandengue que tienes. Ese músculo tan poco apto para ir por el mundo como va un adulto, enfrentando las contrariedades de la vida sin hacer pucheros y sin poner cara de niño abandonado imitador del gato de Shrek.

Si yo fuera una ONG para pretendientes descartados te diría todo eso, y juraría que la culpa no es tuya, pero como no lo soy,  he decidido decirte la verdad y que es mejor que sufras del tirón todo el dolor de verte rechazado en un instante a que yo tenga que estar fingiendo que te quiero el resto del verano mientras sufro yo por tener que aguantarte.
Mejor dejarlo ahora que como aquel que dice acabamos de llegar y aún tenemos tiempo de pasar el resto de las vacaciones con alguien con quien tengamos más afinidades.

Tú búscate una Disney girl que necesite que le hablen de amor antes de  meterse en una cama para no sentirse una perdida con las culpabilidades consabidas, que a mí me duele la cabeza de escuchar tus tonterías románticas y empalagosas cuando los dos sabemos que dentro de unos meses ni sabremos quien somos, ni de donde venimos ni adónde vamos. 
Esas dudas eternas que inventaron los griegos y así nos va.

Yo me buscaré un  hombre que hable menos y haga más, menos llorón, más risueño y sobre todo  que me guste y me deje loca. pero no loca por correr en dirección contraria como me dejas tú.

Espero haberme explicado bien y que no queden dudas: La razón principal para no quererte, eres tú.

Y mejor no darle más vueltas.

No soy yo, eres tú.

Y tus circunstancias.
Aunque tienes unos dientes preciosos. Eso sí.

Isabel Salas







 




domingo, 2 de junio de 2024

UN DÍA



Tú no eres mío
pero yo sí soy tuya 
como soy de la Vía Láctea 
o de mi pueblo.
Cosas que me poseen 
porque nací dónde nací,
cuando nací,
y pertenezco así 
adónde pertenezco.

Así me tienes tú,
como quien tiene una sonrisa dulce
o quien posee una mirada triste.
Te tocó tenerme,
y me tienes, 
sin haberme escogido,
sin haberlo pensado.

Un día, 
ya verás, tú también serás mío.
Serás tan mío como el Sol. 
Tan mío 
como el viento mío.
Me dirás toma mi corazón, 
guárdalo.
Y yo lo tomaré.

Lo guardaré 
en la caja vacía de guardar corazones
y ese día 
se encenderán las luces de iluminar las cosas más hermosas.
Las que sentimos porque las sentimos 
sin pensar si convienen
ni discutir razones.


Isabel Salas