Pensaemas

martes, 11 de junio de 2024

POR SUPUESTO ERES TÚ.




Podría decirte que no eres tú, que soy yo. 

Decirte que nada hay en ti  que me impida quererte, que eres un hombre magnífico en todos los sentidos y que cualquier mujer estaría orgullosa de compartir su vida contigo. Podría decirte, incluso, que hay algo en mí que me impide quererte, que debo ser idiota porque otra explicación no tiene que yo deje  pasar esta oportunidad de oro que la vida me regala trayéndote hasta mí.

Podría decirlo y parecería verdad, pero una verdad hueca, simplemente una cascarita de verdad, frágil y llena de eco, pues la verdad maciza es que yo no tengo la culpa de no amarte y no sé por qué no puedo decirte que simplemente no te quiero sin temor, a que con más de cuarenta años, reacciones como un niño llorón y trates de hacer que yo me sienta mal por herir tus sentimientos.

Creo que si aún no aprendiste a  gestionar la realidad tienes un gran problema y se nota de lejos que estás acostumbrado a que tu mamaita y tus ex novias te adornen las verdades para que no sufra ese corazoncillo blandengue que tienes. Ese músculo tan poco apto para ir por el mundo como va un adulto, enfrentando las contrariedades de la vida sin hacer pucheros y sin poner cara de niño abandonado imitador del gato de Shrek.

Si yo fuera una ONG para pretendientes descartados te diría todo eso, y juraría que la culpa no es tuya, pero como no lo soy,  he decidido decirte la verdad y que es mejor que sufras del tirón todo el dolor de verte rechazado en un instante a que yo tenga que estar fingiendo que te quiero el resto del verano mientras sufro yo por tener que aguantarte.
Mejor dejarlo ahora que como aquel que dice acabamos de llegar y aún tenemos tiempo de pasar el resto de las vacaciones con alguien con quien tengamos más afinidades.

Tú búscate una Disney girl que necesite que le hablen de amor antes de  meterse en una cama para no sentirse una perdida con las culpabilidades consabidas, que a mí me duele la cabeza de escuchar tus tonterías románticas y empalagosas cuando los dos sabemos que dentro de unos meses ni sabremos quien somos, ni de donde venimos ni adónde vamos. 
Esas dudas eternas que inventaron los griegos y así nos va.

Yo me buscaré un  hombre que hable menos y haga más, menos llorón, más risueño y sobre todo  que me guste y me deje loca. pero no loca por correr en dirección contraria como me dejas tú.

Espero haberme explicado bien y que no queden dudas: La razón principal para no quererte, eres tú.

Y mejor no darle más vueltas.

No soy yo, eres tú.

Y tus circunstancias.
Aunque tienes unos dientes preciosos. Eso sí.

Isabel Salas







 




domingo, 2 de junio de 2024

UN DÍA



Tú no eres mío
pero yo sí soy tuya 
como soy de la Vía Láctea 
o de mi pueblo.
Cosas que me poseen 
porque nací dónde nací,
cuando nací,
y pertenezco así 
adónde pertenezco.

Así me tienes tú,
como quien tiene una sonrisa dulce
o quien posee una mirada triste.
Te tocó tenerme,
y me tienes, 
sin haberme escogido,
sin haberlo pensado.

Un día, 
ya verás, tú también serás mío.
Serás tan mío como el Sol. 
Tan mío 
como el viento mío.
Me dirás toma mi corazón, 
guárdalo.
Y yo lo tomaré.

Lo guardaré 
en la caja vacía de guardar corazones
y ese día 
se encenderán las luces de iluminar las cosas más hermosas.
Las que sentimos porque las sentimos 
sin pensar si convienen
ni discutir razones.


Isabel Salas



miércoles, 29 de mayo de 2024

DILEMA

 Tu música en mí,
tu caricia,
tu poema.

Tu mano en mí,
delicia,
dilema.

Ser canción
o ser monema.
Ser tocada o recitada.

Ser cantada con pasión,
o escrita...
con
intención.

Isabel Salas

jueves, 16 de mayo de 2024

PALOMA






Como tantas palomas equivocadas
yo también me equivoqué.
Norte, sur, tu boca,
mares, cielos, 
desconsuelos,

Tus caricias abolladas,
tus mentiras,
los calores, las nevadas
tus palabras,
los olores 
y tu falta de colores.

Estrellas,
perlas, rocíos,
versos,
pieles blancas
cutis tersos.

Piedras, camas,
orillas,
ramas.
Intentos,
realidades,
desalientos.

Mis noches y tus mañanas,
tu cinismo y mis canciones
mi amor
y tus intenciones.

Como tantas palomas escaldadas
huyo hoy del agua caliente de los gatos.

Me río
te perdono
lloro a ratos, 
me encabrono.

Y al final
después de comprender
que nunca viviré en tu corazón,
te perdono,
escribo,
duermo
respiro ...

y canto la canción 
de las palomas despistadas 
de Serrat.

Isabel Salas
rafael alberti
cuco sanchez

jueves, 9 de mayo de 2024

LODO


Y sin querer,
 me puse a pensar en tus promesas
en tus palabras,
en tus te amo.

En tus "ven, no temas",
tus "aquí te espero".

Y sin querer,
me puse llorar por tus promesas
por tus palabras,
por tus te amo.

Por tus "ven, no temas",
tus "aquí te espero".

Dos preposiciones,
que lo cambian todo.

Tus varias traiciones
que manchan de lodo,
mis bellas canciones.

Isabel Salas

miércoles, 1 de mayo de 2024

LA NOCHE ENTERA



A veces, una llamada de buenas noches se extiende y se desliza noche adentro. La aurora llega sin que el saludo se haya realizado convirtiéndolo en buenos días con olor de estrellas. Dos voces, que en lo oscuro, estiran horas, confidencias y preguntas. 

Dos corazones que se reúnen  sin prisa.

Cuando eso pasa, los ojos se cierran, el alma se ríe y la luna comprensiva intenta demorarse, retrasa su partida para dar un tiempo extra a los dos naúfragos haciéndose cómplice de un brote de pasión.

Se convierte en barquito y le pide a los gatos que le cuenten historias de niñas que sueñan un día conocer el amor y atravesar la noche esperando un saludo: Descansa, ya es de día. Buenas noches.

Todos sonríen  al cerrar los ojos,  la luna, el gato, el hombre y la mujer. Todos menos la niña que los abre feliz al nuevo día después de haber soñado con amores futuros que hablan al oído la noche entera.

Isabel Salas


martes, 30 de abril de 2024

TU FLOR MÁS PURA


Algunas veces me miras raro, muy raro.


Saturado de mundo, me miras como si ya no me conocieras y te hubieses olvidado de mi olor. Me miras con los ojos de mirar cosas nuevas y tengo que decir tu nombre y salvarte de nuevo. Mirarte fijo, abrir mi boca y decir como te llamas para que sepas quien eres y  recuerdes quien soy.


Algunas veces, cuando eso pasa, siento que se abre el abismo y que debo arrojarme a él para darte la oportunidad de recuperar la memoria,  y que me salves porque te acuerdas de mí, porque me quieres. Porque mi olor es el olor de la flor que nace en el estercolero y  lo recuerdas.


Soy la flor que apareció de pronto entre todo lo malo. La que te sorprendió naciendo allí, precisamente allí rodeada de estiercol. Soy a quién te acercaste sorprendido y curioso.

La flor que al sentirte cerca, abrió los ojos y te miró con sus ojos de flor, que son los míos, y con su voz de flor, nacida en la basura te bautizó y te dijo quien eras.

Te cantó la canción que nace del amor.

Canción tan pura que te dio  nombres nuevos que nunca te habían dado. Nombres secretos cantados para ti por vez primera, que te ataron a mí y al olor de mi flor.

Nombres que inventaron la forma de amarnos separados para la vida entera y tú brillaste con tus nuevos nombres y sonreíste, curado, restaurado.

Con tus manos fuertes buscaste tierra limpia para esconderme, guardarme del peligro, apartarme de tantas cosas malas y protegerme alejada de todo lo maligno,  en la tierra más pura, que encontró tu cariño. 

Isabel Salas











miércoles, 17 de abril de 2024

VELOS CAÍDOS


 
Él escribía mensajes desesperados que le hacía llegar por varias vías a cual más  inesperada. Pedía disculpas que llegaban tarde, daba explicaciones que ella no le había pedido y trataba de parecer el príncipe encantador que sabía que ella había soñado algún lejano día.

Su derroche de pretendida elegancia podría engañar a muchas ingenuas que no lo conocieran como ella lo conocía.  Ella sabía que el tipo era un sapo mentiroso y mediocre. Lo había visto actuar como un patán, no una vez sino muchas y desde la primera fila. Lo había visto saltar despreocupadamente en charcos inmundos, lo había escuchado  croando estupideces y sabía que desnudo no podía ofrecer ni tan siquiera caricias genuinas de calidad aceptable.

Él había mentido y ella lo había visto hacerlo con el mayor cinismo. Esa visión hizo que cayese de sus ojos el velo de ingenuidad a través del cual lo había mirado cuando se conocieron, Y así, ella aprendió que hay velos que cuando caen, es imposible volver a ponerlos en su lugar.

Desde la cómoda perspectiva de su conocimiento cabal, ella observaba las tentativas de él de volver a acercarse y captar su atención con una mezcla de desprecio y pena.

Desprecio por él, pena por la mujer que un día había sido y que él había matado con su traición. Supo que en una de sus últimas canciones él presumía de nunca haber jugado sucio en el amor y ella por fin entendió la situación y sintió que despertaba de un mal sueño. Comprendió que era cierto, realmente él no la había amado nunca y su traición hacia ella ni siquiera contaba como un pecado venial en la mente mentecata del sujeto.

Pudo finalmente sacudirse el estupor y observar los destrozos de su propia vida caídos a sus pies. 

Con los velos caídos se hizo un traje de baile.

Y bailó

 

Isabel Salas